Hay un refrán que dice que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. En alusión a que se suelen dejar las cosas sin hacer y vernos obligados a soluciones de emergencia en el último momento. Esta santa está relacionada con los truenos y los rayos. Es por dicha circunstancia por lo que es patrona del arma de artillería que hace tronar de los cañones. También lo es de los mineros por estar relacionados con los explosivos y de los electricistas que tienen conexiones con los rayos. En los barcos se conoce con el nombre de ‘santabárbara’ al depósito de las municiones. Pero, ¿por qué esa asociación de Santa Bárbara con los truenos y las explosiones?
Según cuenta Santiago de la Vorágine en La leyenda dorada, conocida también como La legenda aurea —un compendio de hagiografías, escrita para acrecentar la religiosidad del pueblo y cuya verosimilitud fue muy pronto puesta en cuestión—, el martirio sufrido por Bárbara de Nicomedia al mantenerse firme en su fe la llevó a ser atada en un potro de tortura donde fue azotada y sus carnes desgarradas con rastrillos de hierro. Después fue colocada sobre trozos de cerámica de aristas cortantes y quemada con hierros al rojo vivo. Siempre, según De la Vorágine. Pese a todas esas sevicias no murió y fue llevada ante un tribunal para ser juzgada. Fue condenada a morir decapitada, siendo su propio padre, quien ejerció de verdugo. En el momento de la ejecución se oyó un terrible trueno y cayó un rayo que fulminó al padre, acabando también con su vida.
Santa Bárbara viene a colación por el serio problema de no haber hecho en su tiempo las infraestructuras necesarias para afrontar la sequía en mejores condiciones de las que nos encontramos en la provincia de Córdoba. Se ha dejado de hacer lo que convenía hasta última hora, cuando la necesidad ha apretado con un problema inminente. Días atrás ABC señalaba una serie de obras muy necesarias como las conexiones de Cerro Muriano con Las Jaras o la de Trassierra. Mejorar las conducciones como la del canal del Guadalmellato para evitar fugas que, en algunos casos son importantes. Incluso obras de adaptación para situaciones de sequía, caso las del pantano de Iznájar, que debían haber estado hechas para afrontar en mejores condiciones los efectos de una sequía. Cierto que el coste de esas obras es muy elevado, pero mucho más elevado es el monto de los cientos de millones, solo los acreditados judicialmente son cerca de setecientos, despilfarrados con el descontrol que presidió la desvergüenza que fueron los ERE, utilizados por varios gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía para hacer clientelismo político y ayudar a amiguetes y conmilitones.
Llama la atención la poca previsión que se ha tenido en realizar obras muy necesarias en tierras en las que, teniendo un clima de tipo mediterráneo, las sequías son periódicas, en contraste con la agilidad puesta de manifiesto por el gobierno de Sánchez al destinar más de cincuenta y tres millones de euros a propaganda con cargo a los presupuestos de 2023 que todavía no han sido aprobados. Todo apunta a que alguno tiene muy claras cuales son sus prioridades que poco tienen que ver con las de la «gente».
(Publicada en ABC Córdoba el viernes 23 de septiembre de 2022 en esta dirección)
Esta clarísimo, no tan claro que “Antonio” tenga aún un 25% de intención de voto. Esto es lo hay…