Antonio Marín y sus compañeros son un caso paradigmático de transfuguismo político al que el PSOE no hizo ascos, tampoco los hubiera hecho el PP con el que Marín también negociaba su cambio de chaqueta, en medio del anterior mandato municipal. El tal Marín, que se había hecho con la alcaldía de Ronda en las elecciones de 2007 presentándose como candidato por el Partido Andalucista y obteniendo nueve de los veintiún concejales, no dudó —tras el desastre andalucista en las autonómicas de 2008 en que el PA de la mano de Julián Álvarez cosechó el peor resultado de su historia— en ofrecerse en almoneda a unos y a otros. Tanto le daba el PP como el PSOE porque las convicciones, los principios y las ideas carecían de importancia para él. Buscaba hacerse con un sitio donde el sol de la política calentase y eso no era posible en las filas del andalucismo.
En aquel vil mercadeo los socialistas fueron más ágiles o tal vez le ofrecieron mejores perspectivas y, en una actuación equiparable a la de Rosa Aguilar en lo que a voltereta política se refiere, de la noche a la mañana Antonio Marín, conocido como Toti y los concejales del grupo andalucista, pasaron sin el menor rubor a ser miembros del grupo socialista en el ayuntamiento de Ronda. Para nada sirvieron las reiteradas protestas de la dirección del PA ante tamaña fechoría política, como en otras ocasiones, el llamado pacto antitransfuguismo no funcionó. El PSOE echó tierra al asunto y por tan artero procedimiento se hizo con una de las alcaldías más importantes de la provincia de Málaga. Las elecciones de mayo pasado han supuesto para el tránsfuga, a quien el PSOE premiaba presentándolo como cabeza de lista por Ronda, un verdadero batacazo electoral y a los nuevos ediles del PA les ha faltado tiempo para apoyar a la candidata del PP a la alcaldía.
Ahora nos encontramos con que Marín y algún otro de los tránsfugas están acusados de prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, falsedad y blanqueo de capitales. Toda un panoplia de delitos que se añaden al transfuguismo de quien, como hacen las ratas, huyó a toda prisa de lo que pensó era el naufragio definitivo del PA. Sin embargo, los andalucistas lograron obtener unos dignos resultados en las pasadas elecciones municipales y mantenerse a flote, algo que no está ni pizca de claro para el tránsfuga Marín.
(Publicada el 1 de Octubre de 2011 en el ABC de Córdoba en esta dirección)