Zapatero se ha convertido en el innombrable en los actos y mítines de campaña del PSOE
A veces el subconsciente nos juega malas pasadas y cometemos lo que se llama lapsus linguae, en román paladino despiste verbal. Hay ocasiones en que los lapsus linguae son verdaderas trastadas porque dan lugar a graves meteduras de pata. Eso fue, una trastada, lo que le supuso al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, el desliz lingüístico que cometió en el mitin del velódromo de Dos Hermanas al mentar a Zapatero, cuando en realidad a quien quería aludir era a Rubalcaba (supongo que habrá algún mal pensado que está convencido —dadas las relaciones entra ambos próceres del socialismo— de que el desliz no fue tal y lo que hubo fue intencionalidad, aunque yo no lo creo y me inclino por el desatino, vistas las imágenes del momento en que tuvo lugar el desbarre).