Como decimos, hoy, buena parte de esas tradiciones, ha desaparecido ante el empuje incontenible de la colonización cultural anglosajona, que ha tenido en Hollywood un adalid impagable, al exportar con sus películas la forma de vida americana. Sirva como botón de muestra un dato revelador. Una encuesta realizada entre escolares españoles de secundaria constataba que era mayor el número de los que identificaban el 4 de julio como día Nacional de Estados Unidos —el llamado Independence Day— que quienes sabían que el 2 de mayo se conmemora el comienzo de la Guerra de la Independencia.
Las tradicionales formas con que se celebraban estos días han sido desplazadas, cuando no barridas por las modas que nos ofrece Hollywood y que se han impuesto entre nosotros en muy pocos años. Hoy los disfraces y las máscaras, las calabazas luminosas o la petición de golosinas por parte de los niños son incluso impulsadas desde muchos de nuestros centros de enseñanza donde se celebra la fiesta de Hallowen e incluso, en algunos, forma parte del calendario de actividades. Estos días resulta corriente ver a los escolares con las caras pintadas y vistiendo disfraces cuando van camino del colegio. La celebración norteamericana también se realza en los grandes almacenes y en muchos otros comercios, donde se expone con notable parafernalia todo lo relacionado con dicha fiesta. Algunas cadenas de televisión también incluyen programas alusivos a Hallowen con el propósito de conseguir mayor cuota de pantalla.
No deja de llamar la atención que el abandono de las tradicionales celebraciones que acompañaban estas fechas se produzca en el marco de una sociedad donde no poca gente se afana en llamar tradiciones a ciertas reuniones o novedades. Es frecuente oír hablar de tradición para referirse a lo que con mucha benevolencia podemos calificar como una costumbre y cuya antigüedad no va más allá de unos pocos años. Hay incluso quien se rasga las vestiduras ante prohibición de tales costumbres, que a veces no pasan de mamarrachadas, y consideran que su desaparición todo un atentado a sus señas de identidad. Me desahogaba escribiendo sobre este asunto el año pasado y otra vez vuelvo a hacerlo.
(Aparecida en ABC Córdoba el 29 de Octubre de 2011 en esta dirección)