Algunos, bastantes, de los llamados barones de Partido Popular han alzado la voz al escuchar algo más que campanas sobre el diseño una especie de déficit a la carta para satisfacer los planteamientos de la Generalitat de Cataluña que tiene el dogal al cuello, no sólo por la nefasta gestión del tripartito, sino porque hace muchos años Jordi Pujol decía que alguien pagaría las trampas y con esa filosofía —con otros añadidos que recientemente están saliendo a la luz—, las finanzas de la administración autonómica en Cataluña están por los suelos, tan por los suelos que los mercados internacionales de crédito los tienen cerrados a cal y canto. Las campanas que suenan hablan de niveles de endeudamiento diferenciados, según las circunstancias de cada comunidad. Una especie de déficit asimétrico que contemplaría topes diferentes —para satisfacer las demandas de Cataluña— en los niveles de endeudamiento. Es decir, un trato diferenciado entre unas comunidades y otras. Aquellas que aplicaron una disciplina presupuestaria a lo largo de 2012, con los recortes correspondientes para sus administrados y que les permitió cumplir con el porcentaje que se les había señalado, rechazan ahora este trato diferenciado que Montoro, sibilinamente, ha dejado caer. Las protestas de los gobiernos autonómicos de Extremadura, de Aragón, de Castilla-León, de la Comunidad de Madrid, de Galicia… son sonoras y, como diría un castizo, tienen más razón que un santo. El año pasado se ajustaron todos los agujeros del cinturón para cumplir con lo que se les exigía desde el gobierno central, en algunos casos con serios problemas. Ahora se encuentran ante este escenario y se rebelan. Se rebelan con causa porque el listón que ellos superaron con esfuerzo se pretende que a otros —ya saben a quienes me refiero— que no lo superaron se lo pongan más bajito. Eso es hacerle trampas a quienes cumplieron —como en el caso de la condescendencia familiar con el retoño travieso— con las exigencias presupuestarias impuestas por el ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Lo que Montoro pretende es tanto como rebajar el nivel de los conocimientos para conseguir una mejora de los resultados escolares que trataron de imponer ciertas autoridades educativas. Esos gobiernos autonómicos que rechazan el déficit asimétrico y defienden un trato igualitario son rebeldes con causa y no como otros que lo son sin causa, como James Dean en una memorable película en la que compartió papel estelar con Natalie Wood.

(Publicada en ABC Córdoba el 22 de mayo de 2013 en esta dirección)

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