El Consorcio de Turismo parece un teatrillo de enredo. El Ayuntamiento pone un millón de euros y no manda ni en los kioscos
A cuenta del problema que tiene el gobierno municipal con la Gerencia de Urbanismo, Aristóteles Moreno rotulaba su columna «Patata Caliente», sin duda, lo es. Hoy quiero dedicar mi espacio a otra patata caliente que tiene el Ayuntamiento quemándole las manos. Me refiero a la tramoya que hay montada en el Consorcio Municipal de Turismo, donde los choques con Confederación de Empresarios de Córdoba y más concretamente con su presidente, Luis Carreto, están a la orden del día, convirtiendo dicho Consorcio en campo de batalla.
La composición de su órgano de dirección no deja de llamar la atención, si tenemos en cuenta las aportaciones realizadas para su constitución. El Ayuntamiento aportó 60.000 euros, la Cámara de Comercio, 30.000, mientras que la organización empresarial que preside Carreto puso 15.000, lo mismo que el Córdoba Convention Bureau —inexistente en la actualidad, tras disolverse en 2008— que aportó otros tantos. Hay que reconocerle mérito a Carreto. Fue un artista. Con una portación de poco más del diez por ciento de los recursos fundacionales se hizo con su control. Entre otras razones porque la Cámara de Comercio no controla a sus representantes en el órgano, que se supone son hechura de Carreto. Por si no fueran suficientes las aportaciones de las instituciones y su representación, resulta que quien aporta el dinero para los gastos de funcionamiento es el Ayuntamiento. Salen de las arcas municipales la suma de casi un millón de euros al año que es, prácticamente, la totalidad de los fondos que el Consorcio emplea para su funcionamiento. Las diferencias entre Ayuntamiento y Confederación de Empresarios —léase entre Nieto y Carreto— se manifestaron hace algunos meses a cuenta del relevo del gerente del Consorcio —persona de confianza de Carreto—. Ahora el presidente de los empresarios ha devuelto el golpe al alcalde logrando, con los votos de los empresarios, el rechazo a la propuesta municipal de privatizar la gestión de los puntos de información turística. El empresariado rechazando que quede en manos de una empresa la mencionada gestión. Algo inaudito que sólo se explica como la devolución por parte de Carreto del golpe que recibió a cuenta de la salida del gerente. Porque ¿no era Carreto el que decía más empresa y menos Estado? ¿No era él quien arremetía contra los funcionarios considerándolos unos privilegiados? ¿No era él quien decía que los funcionarios no sufren la crisis en sus propias carnes?
La situación en el Consorcio Municipal de Turismo es lo más parecido un teatrillo de enredo. Díganme si no, ¿cómo se explica que una alcaldesa comunista, Rosa Aguilar, permitiese esa composición? ¿Cómo ha funcionado según los criterios de la entidad que menor aportación financiera realizó? ¿Cómo la Cámara de Comercio no tiene control, según ha indicado su propio presidente, sobre quienes la representan? ¿Cómo es que el Ayuntamiento, es decir el pagano mayor y único, no puede poner en marcha un proyecto de dejar en manos de empresas privadas determinadas gestiones del Consorcio porque los empresarios de oponen?
Lo dicho, un enredo. El Ayuntamiento tiene una patata caliente que ha de resolver si no quiere seguir haciendo el ridículo. ¡Mira que poner un millón de euros y no mandar ni en los kioscos!
(Publicada en ABC Córdoba el 25 de mayo de 2013 en esta dirección)