La Junta no debería equiparar el dinero entregado a millones a su exconsejero Ángel Ojeda con las aportaciones de la Cruz Roja.

EL principio de que toda comparación es odiosa se sustenta en la idea de que no conviene comparar a las personas entre sí para evitar menosprecios o porque cada cual tiene sus propios valores. Quizá por eso se acuñó tal expresión que aparece recogida en algunos de nuestras obras clásicas más renombrados como es el caso de «La Celestina» o «El Quijote». En el acto IX de la primera, Fernando de Rojas, pone la expresión en boca de Sempronio cuando riñe con Elicia, estando en casa de Celestina. En la segunda, Cervantes hace la misma afirmación en el capítulo XXIII de la segunda parte de su novela, poniéndola en boca del hidalgo manchego en su conversación con el caballero Montesinos.

En la Junta de Andalucía no han debido tener muy en cuenta lo odioso que para nuestros clásicos resultaban las comparaciones. La han utilizado en un burdo intento de justificar lo injustificable. Dicen los de la Junta, como gran argumento, que el mismo día en que publicaron en el BOJA la entrega de casi mil millones de las antiguas pesetas que poco menos es la equivalencia de los 5,3 millones de euros con que subvencionaron el entramado empresarial que tenía constituido el ex consejero de Hacienda, Ángel Ojeda, también subvencionaron a la Cruz Roja y a varios ayuntamientos de capitales de provincia, todos ellos gobernados por el Partido Popular. Ante la comparación de las subvenciones otorgadas las preguntas que surgen de forma inmediata son varias. Por ejemplo, ¿cuál ha sido el destino de esas subvenciones en los casos de los ayuntamientos gobernados por los populares? ¿Han sido conveniente justificadas por las corporaciones el uso de dichas subvenciones? ¿Las destinaron a la finalidad que se señalaba en la convocatoria? Similares preguntas cabe hacer en referencia a la subvención concedida a la Cruz Roja. ¿Las destinó la asociación humanitaria para los fines establecidos? ¿Las ha justificado de manera adecuada? A tenor de la actividad que desarrolla la Cruz Roja tenemos la impresión de que han servido para hacer frente a algunas de las muchas necesidades que viene atendiendo en los momentos de dificultad por los que atraviesa un número considerable de familias.

Las mismas preguntas tendríamos que hacernos acerca del destino de los casi mil millones de pesetas que en esta tanda de subvenciones fueron otorgadas a las empresas del exconsejero socialista. Unas subvenciones que han alcanzado en su conjunto y solo en cuatro años la friolera de casi 50 millones de euros, es decir más de ocho mil millones de las antiguas pesetas. Lo que por ahora sabemos es que se le exoneró de justificar muchos millones de euros para que pudiera seguir recibiendo nuevas subvenciones. Que las mismas estaban destinadas a cursos de formación de desempleados que, según las investigaciones de la UDEF de la Policía Nacional, no cumplían los requisitos mínimos exigibles. También que algunas de las empresas del entramado societario del ex consejero socialista recibieron subvenciones por cuantiosos importes y que apenas contaban con trabajadores, algunos de ellos contratados a tiempo parcial por salarios de miseria.

La comparación de la Junta señalando la concesión de otras subvenciones resulta particularmente detestable. Como ya decían nuestros clásicos, las comparaciones resultan odiosas. Al menos en determinadas ocasiones.

(publicada en ABC Córdoba el 23 de agosto de 2014 en esta dirección)

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