El curso escolar arranca con centros aún en obras y el político con el posible salto del presidente del Córdoba a la arena pública.

Ha terminado el ligero y poco cálido verano que este año hemos tenido. Terminado, aunque desde un punto de vista astronómico aún le quedan diez días. Se da por concluido con el comienzo del curso escolar que anuncia el retorno a una cierta normalidad tanto para los escolares como para sus familias. El nuevo curso comienza con una nueva ley de educación —es la séptima que entra en vigor en tres décadas y la primera del PP porque las otras seis están en el debe del PSOE— que ha traído menos novedades de las anunciadas. El comienzo de curso se presenta con los perfiles habituales: lloriqueos de algunos primerizos, felicidad en los progenitores, colegios en obras que habían de estar concluidas o existencia de aulas portátiles que debían haberse eliminado… Hay una novedad, constatada y preocupante. Los niños cordobeses escolarizados en los tramos inferiores de nuestro sistema educativo han disminuido de forma importante, el dos y medio por ciento en sólo un año. No se trata de pronósticos o proyecciones a medio y largo plazo que casi nunca suelen cumplirse, sino una realidad presente.

También estamos ante un nuevo curso en el terreno cultural, con programaciones de eventos de cara al otoño con serias dificultades en algún terreno o la aparición de un importante número de novedades editoriales, también con dificultades porque en el mundo del libro las cuentas no salen, al menos no salen como antes. Igualmente aparecen novedades en lo que ha venido en denominarse, con poco fundamento ya que en ese terreno no se descansa, nuevo curso político. Ese si presenta novedades en Córdoba. Nos encontramos con una declaración posibilista, aunque dicha en tono un tanto amenazador, de una nueva opción política. El presidente del Córdoba baraja la posibilidad de lanzarse a la arena política. No se trata de una novedad en sentido estricto. Una opción política personalista ya se ha vivido con UCOR. Aquí la novedad estaría en que tiene un marcado tinte futbolero. Otra novedad que se configura en el horizonte es la novísima opción de Podemos, cuyos dirigentes han empezado a modificar ciertos planteamientos que se desligan de algunas de las perlas electorales con que concurrieron a las pasadas elecciones europeas; aunque, siguen diciendo cada cosa… En las filas de Izquierda Unida nos encontramos con una «añeja novedad» como es la petición de un frente al estilo del de 1936. Dicen que su propuesta es para frenar a la derecha. En realidad la clave de la propuesta está en el hundimiento que para sus expectativas electorales ha supuesto la irrupción de Podemos. Los antisistema los han desarbolado por la izquierda y su frentismo está provocado por esa amenaza. En las filas de los populares y socialistas hay más normalidad. Los primeros siguen deshojando la margarita del candidato/a y los segundos echando cuentas ante lo que puede depararles el panorama que nos trae el nuevo curso.

Donde la normalidad es absoluta es en lo que se refiere a presentar un nuevo proyecto de ¿centro? ¿palacio? ¿de congresos? ¿de muestras? ¿de exposiciones? Tantos años, tantas expectativas defraudadas, tantos millones tirados por la borda hacen que el escepticismo se imponga. Veremos si esta vez…

(Publicada en ABC Córdoba el 13 de septiembre de 2014 en esta dirección)

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