Tal día como hoy -estoy escribiendo el 17 de marzo-, pero de hace dos mil sesenta años, se libró la batalla de Munda. Fue en el año 45 antes de la era cristiana. La existencia de la batalla es una de las cosas de las que estamos, razonablemente seguros, de que ocurrió. En Munda se vivió un duro enfrentamiento librado por pompeyanos y cesarianos en tierras de Hispania. Era una lucha sin cuartel por hacerse con el poder de la República romana. Aún no habían llegado los tiempos del Imperio, aunque estaba a punto de proclamarse sólo unos años después. Sabemos que el resultado de la batalla lo decidió el coraje de la Legio X Gémina —Décima Legión Gemela, que antes había sido la Décima Equestris— atacando por el ala derecha a las órdenes directas de César, evitando de ese modo que su ejército quedase rodeado, al tiempo que permitía la intervención de su propia caballería. Los datos que tenemos de la batalla se los debemos, principalmente, al «De bello hispaniense», texto escrito por uno de los capitanes cesarianos presentes en Munda.

La cuestión más controvertida está referida al sitio donde se libró la batalla. Se han barajado diferentes lugares, la mayor parte se sitúan cercanos a las riberas del Genil. Una referencia señala los movimientos de los ejércitos en las proximidades del cirso del Singilis, identificado como el Genil. Digo la mayor parte porque hay quien ha pretendido situarla en tierras ilerdenses, en la actual Cataluña y no es precisamente ese sujeto que trata de tergiversar numerosas realidades de nuestro pasado, afirmando que el puerto del que zarparon las carabelas y la nao que formaban la flotilla colombina no era Palos, sino Pals, en la costa catalana o que la lengua en que se escribió el Quijote es el catalán y Cervantes un seudónimo utilizado por un tal Servet, catalán también, que ocultó su nombre por temor al tribunal del Santo Oficio. Quien situó la batalla de Munda cerca del Pirineo confundía el enfrentamiento entre las tropas de César y las de los hijos de Pompeyo, Cneo y Sexto, con una batalla librada en aquella guerra, pero unos años antes en Ilerda. Munda, la localidad que da nombre a la batalla quedó borrada del mapa, posiblemente, en el fuerte proceso de ruralización vivido por Hispania, al igual que otras partes del imperio romano, a partir del siglo III de nuestra era. Tenemos en «De bello hispánico» una referencia al «campus mundensis» y menciones geográficas que hoy están comprobadas como Ulía (Montemayor), Ategua (Ategua), Urso (Osuna) o Ventipo (Casariche). Pero no se ha identificado Munda. Estoy convencido de que la Munda romana es la Montilla de hoy. La gran cantidad de glandes de plomo, con la inscripción Cn. Pompeyo, en los Llanos de Vanda (entre Castro del Río y Montilla) atestigua la existencia de una importante batalla.

Pero más importante, en los momentos actuales, me parece reivindicar raíces romanas de nuestro pasado. Raíces en las que se encuentra el fundamento de la cultura de la que formamos parte. Aunque se trate de recordar una batalla, también supone hacerlo de la presencia en Córdoba de Julio César o de los hijos de Pompeyo el Grande.

(Publicada en ABC Córdoba el 18 de marzo de 2015 en esta dirección)