No ha dejado de llamarnos la atención a muchos andaluces el hecho de que siendo esta tierra la que teniendo la tasa de paro, no sólo más alta de España, sino de las más altas de Europa, pese a la riada de millones procedentes de la Unión Europea de que han dispuesto durante más de tres década los gobiernos socialistas dominantes para invertir esa situación en que se encontraba Andalucía, tuviera uno de los niveles impositivos más altos de toda España. Se sumaban a esa elevada tasa de paro otros factores como el que la renta per cápita de los andaluces era de las más bajas de Europa -elevado paro y baja renta era una de las razones de la riada de millones europeos-, existiendo diferencias, verdaderamente sangrantes con respecto a otras partes de España. Según, las estadísticas -siempre hay que utilizarlas con un gran cuidado- seis de las ocho provincias andaluzas, se encuentran entre las diez que tienen la renta más baja de España; es decir, sus habitantes, en conjunto, son los más pobres,. Otro tanto ocurre con el producto interior bruto que Andalucía aporta al conjunto de España.

Hacer frente a la baja renta per cápita y al desempleo suponía determinadas políticas, pero la política de los socialistas en Andalucía, tenía otras preferencias. Eso explica los diez puntos de diferencia que marca el paro andaluz con respecto al de España. El caso de los EREs ha puesto de manifiesto cual era el destino de muchos de los fondos destinados a la creación de empleo. Han estado mucho más interesados en las subvenciones. Con ello creaban una clientela que recordaba, desde la perspectiva electoral, los tiempos que Joaquín Costa denunciaba en su “Oligarquía y Caciquismo”.

Los andaluces, sin embargo, por decisión de los gobiernos de la Junta de Andalucía, hemos estado en las zonas altas de la tributación. Es el caso del tramo autonómico del Impuesto de la renta de las Personas Físicas. En lo referente al Impuesto de Sucesiones y Donaciones, se situaba en niveles verdaderamente confiscatorios, que estaban muy lejos de gravar, como sostenían los socialistas, las grandes fortunas. Afectaban a herencias pequeñas, que en muchas ocasiones, se trataba de inmuebles que constituían la vivienda familiar de los heredados que, dado el elevado valor catastral que los bienes urbanos alcanzaron en los años del jolgorio, se han convertido para muchos herederos en un verdadero problema. Tanto que no eran pocos quienes renunciaban a la herencia al no poder hacer frente al pago del mencionado impuesto. Existía, además el agravio comparativo, respecto a otras partes de España que en algunos casos, como el de la Comunidad de Madrid, resultaba verdaderamente sangrante.

Juan Manuel Moreno, el flamante presidente de la Junta de Andalucía, acaba de cumplir una de sus promesas electorales, que viene  modificar de forma sustancial esa realidad impositiva. El acto ha tenido mucho de simbólico y propagandístico. Desde las filas de PSOE, se ha criticado el aire electoral que ha tenido. Sin duda lo tiene, al igual que el tufillo electoral que desprenden las ruedas de prensa que el gobierno de España protagoniza cada viernes, desgranando los reales decretos que pone en marcha, sin tener muy claro cómo han de pagarse porque los presupuestos están prorrogados.

Bienvenida sea la rebaja fiscal que el nuevo gobierno andaluz ha puesto en marcha.

(Publicada en ABC Córdoba el 17 de abril de 2019 en esta dirección)

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