Para mayor inri, Artur Mas tuvo que modificar su discurso de impulso al separatismo. Nada de referéndum sí o sí, por las bravas, como dijo en el Parlamento de Cataluña. Ninguna alusión a pasar por encima de tribunales y de constituciones, ni mentar su disposición a hacer su santa voluntad sin tener en cuenta la ley… Tuvo que admitir que su proceso se desarrollaría dentro de la legalidad, desdiciéndose de lo que ha venido diciendo. Mas sabe que Bruselas, con escasa y poco significativa concurrencia, no es Vic o Solsona y, en consecuencia, no puede decir las sandeces que propaga por tierras del Ampurdán, la Garrocha o el Penedés. Sabe que hay sitios donde no puede seguir mintiendo con el descaro que lo hace en Cataluña, prometiendo a los naturales del territorio un estado catalán que, si llegara a materializarse, formaría parte de la Unión Europea. No puede decirlo en Bruselas porque quedaría atrapado en su propia falacia. Esa trola la guarda para consumo interno, sabedor de que los catalanes, salvo los montaraces de Esquerra Republicana, a los que está haciéndole en caldo gordo, y alguno más, no le seguirían en su proyecto secesionista sin las ventajas de pertenecer a la Unión Europea. Sería una catástrofe añadida que vendría a sumarse a los problemas derivados de la pérdida de un mercado como España donde se colocan la mayor parte de las manufacturas catalanas.
El miércoles negro no terminó ahí. Se completó en un estadio de fútbol, el del Celtic de Glasgow, donde el Barcelona Club de Fútbol fue derrotado. Teniendo en cuenta que Artur Más y los propaladores de la independencia han utilizado al Barça, del que dicen que es más que un club de fútbol, como elemento identificativo de su proyecto, convirtiendo lastimosamente un campo de fútbol en centro de referencia para sus proyectos políticos y a un club, ganador de numerosos títulos, en emblema de sus proclamas, la derrota en la frías tierras de Escocia debió de escocer no sólo en lo deportivo, también en lo político.
Lo dicho un miércoles negro. Negro para Artur Más y sus seguidores.
(Publicada en ABC Córdoba el 10 de noviembre de 2012 en esta dirección)