No comienza bien 2022. Esperemos que lo que no son buenos principios termine siendo una buena cosa. La pluviometría no es buena y eso supone algo muy importante para todos en general y para la economía cordobesa en particular. La falta de lluvias se une a una lamentable situación en nuestros pantanos que se encuentran en niveles mínimos. La otoñada ha sido escasa y acumula más déficit hídrico del que ya arrastrábamos de los años anteriores.
Tampoco apuntan bien, según lo que queda recogido en los Presupuestos Generales del Estado, las ansiadas obras, siempre pospuestas por diferentes causas -una de las del momento es el riego de millones con que el gobierno que preside Sánchez tiene que regar a Cataluña para mantener frenados a los independentistas de aquella parte de España que son quienes lo sostienen en la Moncloa- que conviertan la carretera nacional 423, conocida como la Badajoz-Granada, en una autovía que conecte Extremadura con Andalucía, a través de Córdoba.
Lo que por ahora se desdobla es el tramo que va de Badajoz a Zafra, reduciendo la longitud de autovía que, con anterioridad contemplaba llegar hasta Llerena.
El valle del Guadiato, que otrora viviera momentos de auge y esplendor, ligados a las explotaciones mineras, que habían convertido a Peñarroya-Pueblonuevo y municipios aledaños en un emporio, seguirá sumido en la depresión que le afecta desde hace años, como consecuencia del cierre de las explotaciones mineras que, en otros países de Europa no se han cerrado.
Se suma a ello el anuncio de que la cementera Cosmos va a dejar de fabricar en Córdoba clínker, uno de los compuestos que se utilizan para la elaboración del cemento Portland. Ese anuncio Supone que la plantilla cordobesa quedará reducida a la tercera parte de los trabajadores actuales.
Si tenemos en cuenta que en la ciudad los contagios alcanzan sus niveles más elevados de los dos años de pandemia que llevamos y si bien es cierto que su letalidad es mucho más baja, no lo es menos que la atención primaria se ha visto tan seriamente afectada que resulta casi un milagro poder ser atendido en ella por causas diferentes a las de esta maldita enfermedad.
Añádase que la venta de coches cayó en 2021 más de un tercio respecto al año anterior a la pandemia, que es el que ha de tomarse como referencia, que el precio de la electricidad sigue por las nubes, que el IPC está disparado y que ha subido un nueve por ciento el precio de los pisos. Esas son algunas de las realidades con que encaramos 2022.
Habrá quien piense que esto es ver la botella medio vacía y que el presidente del gobierno yendo mucho más allá del optimismo nos dice que los indicadores señalan que la recuperación económica es sólida y va por buen camino y presume de que hay casi veinte millones de cotizantes en la Seguridad Social -los mismos que cuando con la moción de censura echó del Gobierno a Rajoy-, pero ya sabemos lo que vale la palabra de Sánchez. En Córdoba esto es parte importante de lo que tenemos por delante. Esperemos que a finales de año la situación haya revertido y sea muy diferente. ¡Ojalá!
(Publicada en ABC Córdoba el viernes 7 de enero de 2022 en esta dirección)