Llevamos semanas asistiendo a una actuación muy llamativa del representante en Córdoba de la vicepresidencia de la Junta de Andalucía, el llamado delegado de Valderas en nuestra provincia. Se llama Pedro García y actúa con frecuencia de la forma señalada por nuestro refranero. Una actuación que defendió con unas declaraciones, de esas que suelen denominarse lapidarias -no tanto porque merezcan ser labradas en piedra para recuerdo de generaciones venideras, sino porque son una verdadera pedrada al sentido común-, la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, integrante de la cuota comunista en el gobierno de coalición andaluz y que eleva la actuación del delegado a una especie de filosofía en el seno de Izquierda Unida. Según la consejera, su formación política es un partido de gobierno, pero a la vez de movilización en la calle, un partido que gobierna al tiempo que se apunta a la protesta callejera y se coloca detrás de la pancarta. Vamos, que quiere tetas y sopas al mismo tiempo.
Al parecer, al mencionado delegado de Valderas, apenas se le ve el pelo por su puesto de trabajo porque está continuamente detrás de la pancarta. Incluso se suma a quienes protestan ante su propio despacho. Increíble, pero cierto. Aunque, bien pensado, no debería de extrañarnos. El señor Lara, don Cayo, líder supremo de García, exige el máximo rigor contra los defraudadores o sobre quienes escurren el bulto a la hora de pagar impuestos, al mismo tiempo su organización ni paga a la Seguridad Social las cuotas de sus trabajadores ni ingresa a Hacienda las retenciones de IRPF que le practica. Parece que por esos lares cunde la afición a las tetas y a las sopas. ¡Ay el refranero y su sabiduría popular!
(Publicada en ABC Córdoba el 13 de marzo de 2013 en esta dirección)