La riqueza arqueológica de la provincia de Córdoba es extraordinaria, pese a los ataques que se perpetran contra dicha riqueza que, en ocasiones, son protagonizados por las actuaciones de las administraciones públicas que han cometido atentados gravísimos contra esos hallazgos. Un ejemplo lo tenemos en el yacimiento de Cercadilla que afloró con las obras de la estación del AVE que quedó reducido a poco más que un parque periurbano mal conservado, al que se le presta tan escasa atención que la inmensa mayoría de los viajeros que por allí transitan ignoran su existencia. Más grave, porque su explicación resulta más difícil que lo ocurrido en Cercadilla, fue lo sucedido, siendo Julio Anguita alcalde de la ciudad, con la aparición como consecuencia de las obras del boulevard Gran Capitán de importantes restos de la Córdoba romana y que en horas veinticuatro fueron cubiertos con una espesa capa de hormigón.
A veces, los hallazgos, por lo general fruto de la casualidad, se producen en el medio rural, señalándonos que no todo en los tiempos pretéritos fue mundo urbano y que, en el medio rural había una vida que alcanzaba más que notables niveles de plenitud. Villas romanas, haciendas visigodas, almunias musulmanas o cortijos cristianos.
El pasado otoño, concretamente el 29 de octubre, se produjo unos de esos hallazgos extraordinarios. Fue en la finca conocida como Cañada Blanquilla, en el término municipal de La Rambla. Una leona ibérica, de excelente factura, devorando un carnero. Apareció a poca distancia de la superficie cuando en la mencionada finca se realizaban tareas agrícolas. La maquinaria rozó la superficie de la escultura produciéndole un arañazo que es visible en el lomo de la leona. La pieza es extraordinaria, me atrevería a decir que excepcional, no solo por la calidad de la talla, también por el realismo del conjunto y la propia escena de la que el artista quiso dejar constancia: la leona subida sobre el carnero al que tiene aprisionado con sus garras y su propio peso muestra sus fauces devorando a su presa que aparece como entregada a su destino.
Una verdadera pena que no exista un museo arqueológico en La Rambla, cuna de otros importantes descubrimientos que nos hablan del pasado en estas tierras, como son los vasos campaniformes del Museo Arqueológico de Córdoba, que se nutre en buena medida de los hallazgos habidos en la provincia. Un museo arqueológico en La Rambla para que esa excepcional pieza de la escultura ibérica se exponga al público en la localidad donde fue encontrada. Significaría un atractivo más para conocer uno de nuestros pueblos… cargado de historia. Porque esa es una de las formas de evitar ese problema que ahora sale tanto a colación que se denomina como la España vaciada.
(Publicada en ABC Córdoba el 5 de junio de 2021 en esta dirección)
Imagen: Wikipedia