Lo cierto es que son demasiados los agravios que se encadenan en el terreno de los eventos y los equipamientos.

HA habido a lo largo de la historia declaraciones contundentes. Afirmaciones o negaciones que no han dejado espacio para la duda. Se cuenta que en una ocasión Catón acudió al Senado romano con una rama de higuera donde podían verse sus frutos. Indicaba que la tierra que los producía estaba a pocas jornadas de Roma y constituía, pese a haber sido vencida, una grave amenaza. Se refería a Cartago la más peligrosa de sus rivales en el largo proceso de configuración de su imperio. Terminaba sus discursos con una frase lapidaria: «delenda est Cartago». Don José Ortega y Gasset, uno de los intelectuales que abogó por el advenimiento de la Segunda República, tras la caída de Primo de Rivera, dejaba constancia escrita a las pocas semanas de haberse proclamado de su rechazo a lo que estaba sucediendo: «No es esto, no es esto». El filósofo se quejaba, con amargura, al tiempo que rechazaba de plano la realidad en que estaba derivando la nueva forma de gobierno instaurada a partir del 14 de abril.

Tan clara y contundente como Catón cuando se manifestaba contra Cartago u Ortega cuando denunciaba los desmanes callejeros en que había devenido la Segunda República, se ha mostrado Pilar Citoler a la hora de señalar quien ha sido el culpable de que su colección, bautizada como Circa XX y que constituye, con sus más de mil doscientas obras, una de las muestras más importantes de arte contemporáneo que hay en España, no haya acabado en Córdoba. La coleccionista ha sido tajante, contundente, sin medias palabras ni medias tintas. Pilar Citoler ha afirmado que, frente a la acogida favorable y hasta entusiasta o la apuesta decidida de las diferentes instituciones cordobesas —se refería al Ayuntamiento, a la Universidad, a la Diputación y a Cajasur—, la Junta de Andalucía nunca manifestó voluntad política ni se comprometió con el proyecto. Más aún se mostró reacia incluso al diálogo. Señala a los responsables de la Junta como quienes impidieron que el proyecto saliera adelante con una rotundidad que no es moneda corriente en nuestro tiempo. Afirma que para nada sirvieron las diferentes opciones que se presentaron para dar cabida a su colección, incluida la de trasladar el actual Museo de Bellas Artes a otro emplazamiento para darle allí cabida. La negativa de la Junta también hizo que se descartara el denominado Espacio Andaluz de Creación Contemporánea que algunos llaman C4.

Al final, como en tantas y tantas ocasiones, otros anduvieron más listos y se llevaron el gato al agua y Circa XX no estará en la orilla del Guadalquivir, sino en la del Ebro. Mientras tanto los jaramagos y otras especies silvestres llenan los aledaños del Espacio Andaluz de Creación Contemporánea habida cuenta de la actitud que mantiene la Junta de Andalucía en relación con los accesos y otros elementos menores asociados a su construcción. La pregunta a estas alturas es de mayor amplitud que lo que las declaraciones de la coleccionista han dejado al descubierto. ¿Qué le ocurre a la Junta de Andalucía con Córdoba? Lo cierto es que son demasiados los agravios que se encadenan en el terreno de los eventos y los equipamientos. Agravios que no se producen en otras ciudades andaluzas.

(Publicada en ABC Córdoba el 4 de enero de 2014 en esta dirección)

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