La colaboración entre el Ayuntamiento de Priego y ABC permitirá tener una visión más amplia de la obra de Lozano Sidro.

SE nos fue la capitalidad cultural europea. Pese a la promesa de Zapatero fue a parar a la playa de la Concha. Fiarse de lo que Zapatero decía fue siempre arriesgado. Decía que estábamos en la Champions de la economía mundial y si dura al frente del gobierno unos meses más nos tienen que recoger en camilla. Prometió en Barcelona aceptar el Estatuto que saliera del Parlament, luego se arrepintió pero dio paso a los lodos que hoy nos enfangan. Hablaba de ligera desaceleración de nuestra economía y estábamos abocados a la crisis más grave de la historia contemporánea de España. También nos quedamos sin la colección Circa XX —la culpa no fue de Zapatero—, la colección de arte de Pilar Citoler, una de las más importantes de arte contemporáneo que existen en nuestro país. En este caso fue la actitud de la Junta de Andalucía la que nunca se sintió atraída por el proyecto. Todo fueron trabas, dilaciones, desinterés y hasta denuestos que dieron como resultado que terminara recalando junto a la ribera del Ebro.

Hace unos días, sin embargo, se materializó un convenio —no intervenía ni Zapatero ni la Junta de Andalucía— que suponía realzar la figura de un artista cordobés, nacido en Priego, que ocupó un lugar destacado en el panorama pictórico español de los últimos años del siglo XIX y primeras décadas del XX. Me refiero a Lozano Sidro, uno de los grandes ilustradores españoles de ese periodo. Sus obras son un primor de minuciosidad y detallismo. Colaboró desde fecha muy temprana (1913) con el semanario Blanco y Negro, dejándonos en su amplia obra gráfica una excelente visión de la alta sociedad española de la época. Fue un excelente ilustrador de novelas y cuentos. En 1920 preparó una serie de estampas para ilustrar una de las obras señeras de otro cordobés ilustre, el polígrafo egabrense don Juan Valera y Alcalá Galiano. El resultado fue una de ediciones más cuidadas de «Pepita Jiménez» donde las ilustraciones de Lozano Sidro reflejaron algunos rincones de la Subbética, el ambiente que se respiraba en días de fiesta, algunos tipos populares con motivo de las ferias o de las clases acomodadas cuando, por ejemplo, asistían a misa. Dejó también una imagen vívida de la viuda y del seminarista, protagonistas principales de la novela valeriana. A esa faceta de ilustrador dedicó una parte importante de su obra.

A diferencia de lo ocurrido con la designación de la capitalidad cultural europea o con el destino de Circa XX, donde se impusieron intereses poco confesables o simplemente el desinterés, la conjunción de esfuerzos entre el Museo ABC y el Ayuntamiento de la ciudad natal del pintor dieron como resultado una nueva sala en el Museo que tiene en Priego. Habrá quien diga que es una cuestión menor, pero es todo un ejemplo de cómo hacer bien las cosas. Esa colaboración ha permitido que podamos acercarnos a una perspectiva hasta ahora no recogida suficientemente en dicho museo. El visitante podrá disfrutar, a través de sus originales, de Lozano Sidro ilustrador gracias a fondos de periódicamente expondrá ABC a través de dicho convenio, que se renovará periódicamente. Es el resultado de la colaboración, el interés y de las cosas bien hechas.

(Publicada en ABC Córdoba el 5 de marzo de 2014 en esta dirección)

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