A estas alturas, más que una necesidad es una exigencia que la alcaldesa marque un rumbo, porque de lo contrario…
Hace más de siete meses que se estrenó el gobierno municipaldel bipartito; en realidad, se trata de un tripartito ya que la coalición municipal sólo se sostiene por el apoyo de Ganemos Córdoba y, desde luego, es mucha influencia, según se percibe cada vez con mayor nitidez. Perece que el tiempo transcurrido es un periodo razonable para que quien ejerce como alcaldesa hubiera tomado las riendas de dicho gobierno y se hubiera hecho con la situación. Pero todo apunta a que no. Pase que los primeros meses no supiese muy bien qué hacer con lo que tenía entre manos, que era el gobierno de una ciudad que supera de largo los trescientos mil habitantes; circulaba el rumor entre los propios trabajadores del Ayuntamiento, que veían de cerca lo que estaba dando de sí, que su desconocimiento y falta de proyecto era de una evidencia que llamaba la atención. Era el tiempo en que cometía errores de bulto como laretirada del cuadro de San Rafael o el desprecio al mundo cofrade con ausencias injustificadas a actos muy importantes. Rectificó con el cuadro de San Rafael y rectificó con el mundo cofrade, animándose incluso a mandar una «levantá». Era cosa de inexperiencia en los asuntos municipales
Luego vino la falta de tacto para tratar un asunto que, en otras capitales andaluzas se ha llevado a buen puerto sin mayores dificultades -nos referimos a la Ciudad Deportiva del Córdoba CF- y que coleará, como suele ocurrir en la ciudad, mucho tiempo. Por aquellas fechas embrolló el proyecto del Metrotrén que estaba tan avanzado que ni a Fernando VII se las ponían tan a tiro cuando salía de cacería. Y poco después se enredaba con el traslado de la cementera Cosmos. Un asunto serio, con lo cual no estamos quitando un ápice de importancia a los anteriores. Aquí está en juego el pan de un montón de familias y eso son palabras mayores. Ha dejado un asunto tan capital en otras manos, que han dicho a los trabajadores una cosa y la contraria y por eso los trabajadores los representan al cogobierno en las pancartas de protesta con una desmesurada nariz como a Pinocho, al que le crecía la nariz cuando mentía.
La alcaldesa ha asumido la equiparación de los crímenes yihadistas con los acciones militares que contra el Daesh lleva a cabo la coalición internacional. Como ha asumido una moción de Ganemos Córdoba -la tercera pata del tripartito- para condenar el pacto antiyihadista firmado por su propio partido. Otra vez a rectificar y desdecirse de lo hecho, sin que pueda alegar ignorancia porque la moción sólo salió adelante con el voto calidad que tiene en su condición de alcaldesa. Ha rectificado otros errores -no todos- relacionados con la privación de la ayuda municipal a organizaciones que están ayudando a colectivos que afrontan problemas muy serios en la ciudad o fundaciones que están haciendo una extraordinaria labor de solidaridad a muchos kilómetros de aquí. Para que hablar de la bofetada, nada menos en Córdoba, al mundo del toro. Otra vez a buscar un salida de emergencia aduciendo que en la moción de marras no había un rechazo específico al mundo taurino. Pero la falta de criterio es tal que uno de sus concejales vota afirmativamente en el Ayuntamiento y negativamente en la Diputación a la misma propuesta. A estas alturas más que una necesidad es una exigencia que la alcaldesa fije el rumbo porque de lo contrario…
(Publicada en ABC Córdoba el 6 de febrero de 2016 en esta dirección)