No es fácil gobernar la Junta con los comunistas de socios. Su dogmatismo complica mucho ir de la mano con tales compañeros
LA decisión de Griñán de abandonar el timón de los socialistas andaluces, nombrando candidata a la presidencia de la Junta —las primarias han sido una forma de encubrir la designación— ha generado todo tipo de rumores. Hay opiniones para todos los gustos. Hay quien, malévolamente, considera que su partida está relacionada con la jueza Alaya y la monumental estafa que ha supuesto el saqueo de los fondos públicos durante años a cuenta de los Eres. Hay quien se inclina por un hartazgo. Griñán ha llegado al límite. Tiene que soportar las dificultades que supone tener a los comunistas como socios de gobierno, aunque públicamente se diga lo contrario. Otros opinan que han sido sus malas relaciones con Rubalcaba las que han influido en su decisión. La verdad es que con la convocatoria de esas primarias a la medida de una candidata ha puesto una zancadilla al máximo dirigente socialista. Hay, en fin, quien sostiene que la razón última se encuentra en su deseo de anticipar las elecciones cuanto antes y para ello era necesario tener un candidato, en este caso candidata.
¿La retirada de Griñán sería el paso previo a un anticipo electoral? ¿Nos encontramos ante una convocatoria de elecciones anticipadas? Hay razones que nos hacen pensar que sí.
No es fácil gobernar con los comunistas de socios. Su dogmatismo que parece ser algo genético en ellos complica mucho ir de la mano con tales compañeros de viaje. Aunque ahora uno de los dogmas —desahucios— se les ha descafeinado con el pisito de Valderas. A ese problema, que no es asunto menor, habría que añadir el hecho de que son los comunistas quienes, según señalan las encuestas, se están beneficiando electoralmente de las iniciativas de la Junta para desgastar al gobierno de Rajoy y al Partido Popular. Conforme transcurren las semanas esa tendencia parece que se consolida. Aunque el pisito de Valderas… Podríamos añadir que en la actual coyuntura —siempre según las encuestas— los socialistas no saldrían muy malparados en Andalucía. Serían la fuerza política más votada ante la sangría de votos que sufriría el Partido Popular. Posiblemente Griñán, que ha manejado los tiempos electorales según sus propios criterios —elecciones andaluzas separadas de las generales—, sea consciente de que esa sangría podría taponarse. Algunas medidas del gobierno de Rajoy empiezan a dar fruto, al menos en lo que a las grandes magnitudes económicas se refiere y ese es el primer paso para llegar al bolsillo de la gente. Aunque lo de Bárcenas… Puede que, si saben capear este embolado, el tiempo empiece a correr a su favor. Griñán piensa que con Susana Díaz como candidata a la presidencia de la junta lo dejar todo atado. Sin embargo, la historia, que es mater et magistra, nos enseña que lo que está atado, en muchas ocasiones, se desata muy rápidamente. Los últimos años nos han dejado ejemplos notables. Le ocurrió a Franco que lo había dejado todo «atado y bien atado» y, sin ir muy lejos en el tiempo, le ha ocurrido a Aznar con Rajoy. No hay más que leer entre líneas algunas de las afirmaciones del ex presidente del Gobierno en la entrevista que publicó ABC hace algunas semanas.
(Publicada en ABC Córdoba el 24 de julio de 2013 en esta dirección)