Hay personajes que, por las más variadas circunstancias, tienden a convertirse en centro de atención de los chistes. Ocurrió con Franco, pese a que tenía muy poco sentido del humor y que era poco dado a las risas. Según Gabriel Cardona, que revisó concienzudamente las imágenes del NO-DO donde Franco aparecía con notable frecuencia, únicamente se le ve riéndose en tres ocasiones. Una, cuando se entrevistó con Hitler en Hendaya. Otra, cuando recibió a Evita, la esposa de Perón, durante su visita a España en los momentos más duros del aislamiento internacional y se le rindieron honores de Jefe de Estado. Por último, cuando recibió en Madrid al presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower. Esa falta de sentido del humor o, tal vez precisamente por eso, hizo que se convirtiera en blanco y objetivo particular de muchos chistes. Gran parte de ellos se contaban en voz baja.

Hace ya algunos, el que fuera ministro de Asuntos Exteriores en el primer gobierno de Felipe González, Fernando Morán, fue la diana a la que disparó el sentido del humor de los españoles. Se hizo popular la expresión: ¿sabes el último de Morán? El último era una elipsis del último chiste cuyo protagonista era el ministro. Su perfil público estaba muy lejos de ser una persona que se prestase a las humoradas. Fernando Morán, un diplomático serio y un ministro competente, al que jamás se le ocurrió mantener una reunión con el ministro de Gibraltar -los tiempos han cambiado que es una barbaridad, que diría don Hilarión- por ser un subalterno del Reino Unido, también fue el protagonista de numerosos chistes.

Los resultados que nos ofrecen las encuestas que el Centro de Investigaciones Sociológicas, desde que lo dirige José Félix Tezanos, se han convertido en un chiste. Cuando se pregunta por la última encuesta de ese Centro, que se sostiene con los impuestos de los españoles, es como si fuera el último chiste de Tezanos porque lo que nos ofrece sólo puede tomarse a chirigota y a los hechos nos remitimos.

La pifió en las elecciones autonómicas andaluzas de 2018: El PSOE estaba cerca da la mayoría absoluta y Susana Díaz podría reeditar el gobierno con el apoyo de Ciudadanos y no olió los resultados de VOX -once diputados- a los que adjudicaba entre cero y uno. También la pifió en las elecciones generales de noviembre de 2019 en las que daba unos magros resultados el PP y mejoraba los del PSOE. Tampoco vio el ascenso de VOX.

Oprobiosos han sido los pronósticos en Galicia donde mantenía los resultados de Podemos, que ha desaparecido del parlamento autonómico, y daba un notable ascenso al PSOE, que se ha quedado como estaba. Ponía en cuestión la mayoría del PP que ha aumentado sus resultados.

El último chiste de Tezanos -última estimación de voto del Centro de Investigaciones Sociológicas- es que la diferencia entre la intención de voto del PSOE y la del PP supera los trece puntos y lo más llamativo de todo: Podemos, que también ha sufrido un serio varapalo en las elecciones autonómicas del País Vasco, mejora sus resultados. Suena a chiste, al último de Tezanos. Pero también suena a tomadura de pelo con dinero que pagamos los ciudadanos porque el sectarismo de este militante al frente de la que era una institución de prestigio es verdaderamente llamativa. Lo dicho, estamos ante el último de Tezanos.

(Publicada en ABC Córdoba el 1 de agosto de 2020 en esta dirección)

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