La trayectoria de Rubiales desde que llegó a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol, ha estado presidida por decisiones controvertidas, enfrentamientos con otras instituciones, principalmente deportivas, y algún que otro escándalo. Recuerden unas conversaciones, que se han hecho públicas, sobre determinados manejos con la decisión de llevar ciertos acontecimientos deportivos a Arabia Saudí en colaboración con Piqué y de las que nunca dio una explicación satisfactoria. También el ponerse un sueldo que se eleva a bastantes cientos de miles de euros al año. La cifra es más de tres veces más alta que los mayores sueldos de la administración pública o de empresas del Estado.
Su comportamiento en la final del campeonato del mundo de fútbol femenino que resulta conveniente señalar que fue ganado por España, algo que lamentablemente ha pasado a un segundo plano, fue detestable. Se ha puesto poco el acento en el gesto soez que protagonizó en el palco, llevándose la mano a las partes pudendas ante la reina de España, la infanta y demás autoridades, contemplado por todos los países que retransmitían el evento. Luego vino el beso en la boca —lo que en argot popular se conoce como un pico— a la jugadora Jennifer Hermoso, cuya cabeza sostuvo con sus manos en ese momento.
Fue más tarde cuando se desató la tormenta que se ha convertido en tema central de informativos, con repercusión internacional incluida, que ha llevado a la FIFA a suspenderlo del cargo, provisionalmente, durante noventa días. Pero hasta ese momento se sucedieron declaraciones y acontecimientos.
Rubiales convocó una reunión extraordinaria de la Federación —hechura suya—, buscando un apoyo que le era muy necesario, ante el turbión desencadenado. Allí dejó claro que no pensaba dimitir y fueron muchos los que le aplaudieron. Entre ellos los seleccionadores Luis de la Fuente y Jorge Vilda a quienes, tras la decisión de la FIFA, les faltó tiempo para ponerse en contra de Rubiales y sumarse a los que piden su dimisión.
Entre los muchos que han pedido su cabeza se encuentran el presidente del gobierno en funciones, quien afirmaba que pedir disculpas no era suficiente y que continuara dando pasos. Una forma de pedir su dimisión una tanto suave, quizá porque los Rubiales están muy ligados al PSOE, su padre fue alcalde socialista de Motril.
También ha pedido su dimisión la vicepresidenta Yolanda Díaz, por considerar que hubo una agresión sexual. Ambos son miembros del consejo de ministros que aprobó la ley del Si solo es si y votaron su aprobación en el Congreso de los Diputados.
Una ley que ha beneficiado a más de mil agresores sexuales condenados por la justicia y más de un centenar de ellos se han visto en libertad, todo ello en aplicación de la ley que ellos aprobaron. Ahora se ha sumado la ministra del Si sólo es sí, que hasta ahora había permanecido callada. Hay actuaciones como las de Rubiales que no se pueden consentir y son muchos quienes en el desempeño de sus cargos debieran ser consecuentes. Aplicando en todos los casos el mismo rasero.
(Publicada en ABC Córdoba el viernes 1 de septiembre de 2023 en esta dirección)