Es probable que la causa de tal desbandada la provoque su falta de entusiasmo ante el espectáculo que está ofreciendo Alfredo P. Rubalcaba que afirma estar dispuesto a hacer lo contrario de lo que como miembro del gobierno ha hecho y promete actuar en las antípodas de cómo ha venido actuando. Un ejemplo tan palmario que hasta produce sonrojo, más allá de tomarnos por desmemoriados y hasta considerarnos afectados de un punto de imbecilidad, lo tenemos a cuenta del mencionado impuesto. Este gobierno lo suprimió hace tres años porque estaba obsoleto, porque su supresión era un estímulo para el ahorro, porque se trataba de una doble imposición que carecía de sentido y porque era el resultado de una seria, profunda y meditada reflexión. Alfredo P. Rubalcaba ha debido reflexionar ahora a la inversa: está dispuesto a penalizar el ahorro, presenta el impuesto como un modelo de modernidad, ha dejado de ser una doble imposición, amén de que piensa conseguir no sé cuantos empleos para los jóvenes, muchos de los cuales, digo yo, estarán en el paro por haberse suprimido el impuesto hace tres años, según la lógica rubalcabiana.

La propuesta de Alfredo P. Rubalcaba es un desdecirse de sí mismo con verdadero descaro. No debe extrañarnos, lo mismo le ocurrió a cuenta de introducir en la Constitución una limitación del gasto, de la cual sigue sin estar convencido y parece que a la trágala por parte de sus compañeros, sin que haya servido que hace sólo una semanas se proclamara como el líder del partido socialista. El mismo papel que ha jugado cuando ahora rechaza la política de rescate a los bancos, realizada por el gobierno del que ha formado parte, a través del Fondo de Regulación y Ordenación Bancaria, el FROB. En este momento lo conveniente es poner una tasa a los bancos para fomentar el empleo, principalmente el de los jóvenes.

¿Será todo esto guiños a los jóvenes del 15-M?Los que se alejan de Alfredo P. Rubalcaba empiezan a ser legión. Un rosario de ministros ha dejado claro su abandono de la política —Salgado, Gabilondo, Sebastián, Garmendia— y también, faltaría más, hay que contar entre las deserciones la espantada de Bono adornada con tan troglodítica referencia para una de las apuestas de su candidato o mejor dicho del candidato de su partido que no es exactamente lo mismo.

(Publicada en el ABC de Córdoba el 17 de Septiembre de 2011 en esta dirección)

 

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