COMPLEJO PALATINO DE MAXIMIANO HERCÚLEO

 

José Calvo Poyato

Menuda se formó cuando allá por 1990 aparecieron los primeros indicios de la existencia de importantes restos arqueológicos en la zona de Cercadilla. Por aquellas fechas se ejecutaban las obras de la nueva estación del AVE y la correspondiente infraestructura ferroviaria. La Expo de Sevilla, la del 92, estaba en puertas y los retrasos en algunas obras, que se consideraban imprescindibles, obligaban a redoblar los esfuerzos. Esos retrasos habían llevado a un grafitero anónimo a dejarnos una pintada a finales de los ochenta en la que podía leerse: “Abel no seas Caín”. Era una alusión a Abel Caballero -actual alcalde de Vigo-, por entonces ministro de Trasportes, Turismo y Comunicaciones. La aparición del yacimiento arqueológico provocó amagos parlamentarios y amenazas de denuncia para detener las obras, pero se llegó a una solución que satisfizo a las “partes en conflicto”. Sobre la base de que si las obras se paralizaban el AVE Madrid-Sevilla no estaría funcionando para la Exposición Universal con que se conmemoraba el Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Ese fue el gran argumento de la Administración para acallar voces discordantes, además de mostrarse extraordinariamente generosa con algún departamento universitario con sede en el Hospital del Cardenal Salazar. También la promesa de poner en valor todo lo que fuera posible del susodicho yacimiento del que se sospechaba que podía contener restos fundamentales para el conocimiento de la Córdoba romana. Se hizo una importante inversión, en parte porque los restos del yacimiento lo requerían, pero también para callar bocas. El progreso era lo primero y llegaba a Córdoba en las alas del AVE, aunque solo lo fuera por una simple cuestión de geografía.

Hoy, treinta cinco años después de aquel bochinche, dicho sea en el sentido de barullo o alboroto porque nunca llegó a asonada y menos aún a tumulto, el estado que ofrece el yacimiento arqueológico, que tiene el pomposo nombre de Complejo Palatino de Maximiano Hercúleo, es lamentable. Que la Junta vaya a gastarse 2.800 euros en retirar la basura acumulada, recortar la hierba en las zonas limítrofes y poco más es una emergencia, pero no la solución para un yacimiento que venía sumarse a la oferta histórica de la ciudad. No puede seguir siendo un erial donde crece la hierba que va a segarse porque, seca con la canícula estival, constituya una amenaza de incendio.

Así está hoy aquel yacimiento arqueológico, que en su día levantó grandes expectativas. La Junta de Andalucía, tan exigente a la hora de conceder determinadas licencias de obras en lugares donde se sospecha, a veces sin fundamento, que pudiera haber un resto arqueológico, exige al propietario una cata y la correspondiente certificación, emitida por técnico competente, para evitar posibles daños patrimoniales, debería dar ejemplo. La flamante consejera de Cultura que, olvidándose de las actitudes que mostraba en otros tiempos, dice hoy lo contrario de lo que sostenía con respecto a la Mezquita -otro bochinche agrandado por algunos de forma artificial para tener entretenida a la parroquia-, adonde los cordobeses llevan más de siete siglos oyendo misa, debería, más allá de recoger la basura acumulada en el yacimiento de Cercadilla, hacer que el Complejo Palatino de Maximiano Hercúleo no presente el lamentable aspecto que mostraba ABC días atrás. Se encuentra junto a la estación del AVE por donde entran miles de viajeros. Muchos vienen a conocer una ciudad que tiene varios reconocimientos como Patrimonio Universal de la Humanidad.

(Publicada en ABC Córdoba el 25 de julio de 2015 en esta dirección)

Deje un comentario