Entramos en una fase de encuestas que se derivan de que tenemos en pocas semanas elecciones en Galicia y en medio año otras en Europa. La fiabilidad de las encuestas sufrió un duro revés cuando la práctica totalidad de las mismas, realizadas por diferentes empresas demoscópicas, pronosticaron que en las últimas elecciones generales la suma de los escaños que obtendrían el Partido Popular y VOX alcanzarían la mayoría absoluta. Sánchez sería desalojado de la Moncloa. Eso señalaban hasta el momento en que dejaron de publicarse por estar así establecido en la ley electoral. Nada ocurrió en aquellos días que vaticinase que podía alterase de forma sustancial el resultado como, por ejemplo, ocurrió el 11 de marzo cuando en vísperas de las elecciones generales de 2004 se produjo el atentado en Atocha. Sin embargo, las cosas no ocurrieron así. Las expectativas electorales de los populares, entre los 145 y 150 escaños —algunas incluso más—, no se materializaron en las urnas se quedaron en 137 cuando se contabilizó el voto exterior. Ganaron las elecciones y casi 50 escaños más que en las anteriores elecciones, pero su suma con la de VOX no daba la mayoría pronosticada
Sánchez configuró un gobierno incluso más Frankestein —según la denominación que fue acuñada por Pérez Rubalcaba— que cuenta con apoyos de partidos herederos políticos de ETA, al que hace poco han entregado Pamplona o que tienen como dirigente a un fugado de la justicia española, al que Sánchez a negociado amnistiar. Esos partidos catalanes que los apoyan hacen gala de xenofobia. Basta con recordar las palabras del convergente Pujol, hoy devenido en Junts— o del republicano Heribert Barrera que dejó perlas xenófobas como: “Prefiero una Cataluña como la de la República, sin inmigración”. “Podemos haber superado la inmigración andaluza, pero no sé si podremos con la sudamericana y magrebí”. Estos son los que a cambio de apoyar a Sánchez quieren controlar la inmigración de forma integral, que es competencia del Estado.
Las últimas encuestas publicadas —ignoro al CIS de Tezanos—, apuntan a que en Galicia los populares pueden obtener nuevamente mayoría absoluta, la experiencia de las pasadas elecciones generales nos dice que no pueden confiarse. Si no la consiguen, y VOX parece que se queda fuera del parlamento gallego, un Frankestein a la gallega que integrarían el Bloque Nacionalista Gallego, las siglas gallegas del PSOE, los podemitas —las encuestas señalan que al igual que VOX podían quedarse sin escaño—más la amalgama de Sumar, que también podría quedarse sin escaño, los mandarían a la oposición.
También tenemos encuesta en Andalucía, aunque las elecciones aquí tardarán en celebrarse. La encuesta del Centro de Estudios Andaluces —algunos se refieren a él como el CIS andaluz nombre a todas luces inadecuado, dada la solvencia de sus trabajos demoscópicos— indica que el Partido Popular sube en intención de voto, respecto a los últimos comicios autonómicos moviéndose en una horquilla entre 60 y 62 escaños. El PSOE, por el contrario, sigue a la baja y perdería hasta 5 escaños, quedándose entre los 25 y 27. Parece que la amnistía, por la que Tezanos no pregunta en sus encuestas, le pasa factura, pese a lo que diga Juan Espadas.
(Publicada en ABC Córdoba el viernes 19 de enero de 2024 en esta dirección)