Estos días en numerosos medios de comunicación, prácticamente en todos, se están haciendo públicas encuestas que realizan diferentes empresas e institutos de opinión. Todos coinciden en varias cosas. La primera es que, salvo algo inesperado, el PP ganará las elecciones, ampliamente. Esa cuestión ha llevado a sostener a su líder, Núñez Feijóo, que se deje gobernar a la lista más votada. Algo a lo que sistemáticamente Sánchez se ha negado. Es un indicio claro de que por mucho que pregone -el crédito de su palabra carece de valor para un gran número de españoles- que ganará el próximo 23, no debe tenerlo ni pizca de claro porque de lo contrario habría admitido, sin dudarlo, el planteamiento del líder popular. La segunda cuestión es que el PSOE de Sánchez, conocido como ‘sanchismo’, será el segundo partido más votado, pero a mucha distancia del PP. Todas las encuetas lo señalan, aunque difieren en cuanto a la distancia que habrá entre uno y otro, pero el PP no alcanzará mayoría para gobernar en solitario La tercera de las cuestiones es que la extrema derecha, representada por Vox, y la extrema izquierda, configurada por una amalgama de pequeños partidos bajo la denominación de Sumar se disputan el tercer lugar, pero sus resultados estarán a mucha distancia de populares y socialistas. Se sitúan en torno a los 30 diputados para cada una de estas formaciones que, en ambos casos, están por debajo de 2019.
Señalan también esas encuestas que el apoyo de Vox sería necesario para que hubiera un gobierno del PP. Pero que Sumar no da para que Sánchez siga en la Moncloa. Ni siquiera lo conseguiría con el apoyo de otras formaciones, algunas de las cuales rechazan nuestro ordenamiento constitucional y que han sido su sostén parlamentario estos cuatro años. Es el caso de Bildu, los herederos políticos de ETA o de los independentistas catalanes. Unos y otros han cobrado su apoyo con el acercamiento de presos etarras al País Vasco o la salida de la Guardia Civil de Navarra o leyes que han rebajado las penas por corrupción, la del delito de sedición o el indulto para los golpistas catalanes Esas encuetas señalan que no permitirán reeditar lo que Rubalcaba llamó ‘Frankenstein’, aunque Sánchez no pierde la esperanza de volver a ello.
Fuera de estos sondeos quedan los que elabora Tezanos, valiéndose del CIS. Ofrece unos datos que dan ventaja al bloque de PSOE y Sumar que reeditarían ese gobierno ‘Frankenstein’. Pese al elevado volumen de encuestados que consulta, muy superior al de los demás, los resultados no han corroborado normalmente sus pronósticos. Tezanos dice que la gente miente o que, en los últimos días, se han producido modificaciones en el voto, a las demás empresas demoscópicas no los engañan ni se ven desautorizados por modificaciones del comportamiento electoral de última hora. Al tiempo que con sus muestras ofrece unas horquillas de voto tan amplias que sólo se explican como un intento de justificar el engaño que suele practicar. Tezanos ha convertido el CIS en un organismo desprestigiado que pagamos entre todos y utiliza de forma descaradamente partidista. Lo mejor es denunciar sus impresentables manejos y no tener en cuenta sus pronósticos.
(Publicada en ABC Córdoba el 14 de julio de 2023 en esta dirección)