El próximo 27 de abril hará quinientos años de la muerte de Fernando de Magallanes. El navegante portugués al servicio de Carlos I moría, en 1521, en un combate contra los nativos en la isla de Mactán, al sur de las actuales Filipinas, cuando la flota que el monarca español había puesto bajo sumando navegaba rumbo a las islas de las Especias.
La principal fuente acerca de su muerte es la que no dejó Antonio Pigafetta en el Diario que escribió y que ha sido la principal fuente de información de lo ocurrido en los tres años de navegación que duró aquella expedición, que culminaría con la primera vuelta al mundo, por obra gracia de Juan Sebastián Elcano. Pigafetta dejó narrada la muerte de Magallanes con tintes épicos, que responden a la devoción que sentía por el marino portugués y que corre paralela al rechazo que le provocaba Elcano, a quien ni siquiera una sola vez menciona en su Diario.
Dice Pigafetta, refiriéndose a la muerte de Magallanes, que llovieron sobre él… «las lanzas de hierro y de caña, los terciarazos también, hasta que nuestro espejo, nuestra luz, nuestro reconforto y nuestro guía inimitable cayó muerto. Mientras le herían, volviose algunas veces aún, para ver si alcanzábamos las lanchas todos». Es la muerte de un héroe. Sin embargo, lo que nos cuenta Nicolás de Nauplia, uno de los supervivientes que la expedición y que llegaría a Sevilla con Elcano a bordo de la Victoria, en su declaración en un proceso judicial que se conserva en el Archivo General de Indias es que Magallanes falleció de una lanzada que le dieron en la garganta y dice ante el juez que lo sabía porque él estaba a su lado.
La muerte de Magallanes fue consecuencia de entrometerse en los litigios que enfrentaban a los reyezuelos de aquellas islas contraviniendo las órdenes del monarca Carlos I. El hecho ocurrió antes de llegar a las islas de las Especias e hizo que Juan Sebastián Elcano cobrase un protagonismo que hasta entonces no había tenido. Serían Elcano y el burgalés Gonzalo Gómez de Espinosa quienes, tras la matanza de Cebú, quienes llevarían lo que quedaba de la escuadra a las islas de las Especias y será Elcano quien, también contraviniendo las órdenes del rey, tomó la decisión de regresar con la Victoria, cargada de clavo, por la ruta del océano Indico. Algo que Carlos I había prohibido expresamente porque significaba entrar en las aguas del hemisferio portugués, según lo acordado en Tordesillas. Esa decisión hizo que se terminara dando la primera vuelta al mundo que, con notoria injusticia histórica, hay quien adjudica a Magallanes, que había muerto dieciséis meses antes de que el marino de Guetaria llegase a la Sevilla que los había visto partir hacía algo más de tres años.
(Publicada en ABC Córdoba el 24 de abril de 2021 en esta dirección)