Se ha desencadenado una especie de iconoclastia selectiva donde se han pintado, decapitado o deteriorado de alguna forma numerosas estatuas. Se han derribado algunas, tirado otras al agua. Entre los damnificados en Londres se encuentran personalidades como Abraham Lincoln, o Winston Churchill. La del primero, que abolió la esclavitud en los Estados Unidos, sin que se sepa muy bien por qué le colocaron un cartel donde podía leerse “Nosotros necesitamos un nuevo mundo”, la del segundo, acusado de ser un racista. En Boston y Richmond han sido atacadas las estatuas erigidas en honor de Cristóbal Colón. En el caso de Colón, la historia del vilipendio viene de más lejos de la furia que ha desencadenado el asesinato del afroamericano George Floyd por para de la policía el pasado 25 de mayo.
En los Estados Unidos, ante la creciente importancia de lo que ellos denominan lo hispano, hay aumentado el rechazo por parte de los que se sienten herederos de lo anglosajón, a todo lo que huela a hispanidad, incluidas las raíces históricas, muy importantes en gran parte del país. Han sido retiradas estatuas de fray Junípero Serra fundador de numerosas misiones, a quien los indios respetaban y estaban agradecidos, hasta las de algunos conquistadores españoles, como el ataque sufrido en Alburquerque (Nuevo Méjico) por la estatua de Juan de Oñate, hombre duro que se enfrentó con fiereza a los nativos de aquel territorio.
En España no han faltado los que quieren emprenderla por Colón. En Barcelona, donde una de las referencias de la ciudad es la estatua de don Cristóbal colocado sobre una alta columna, los podemitas —allí se llaman en comú podem— quieren retirar la estatua del genovés, al servicio de los Reyes Católicos, pese a que los iluminados del Institut de la Nova Història en su intento de catalanizar a todos los personajes de relevancia que en el mundo son, han señalado que era catalán. También la lideresa podemita en Andalucía, Teresa Rodríguez aboga para que se eliminen de Andalucía y de toda España las estatuas de Colón, acusándolo de esclavista. Teresa Rodríguez es profesora de historia y debería saber que las gentes de una época responden a escalas de valores y a criterios considerados correctos en su tiempo y que, con el paso de los años, se llega a abominar de lo que se consideraba correcto. Colón era un hombre de su tiempo. Se le echó en cara que tuviera un hijo con la cordobesa Beatriz Enríquez de Cabrera y no se casase con ella. Era algo que ocurría en su tiempo, pero no siempre estaba bien visto. Hoy son muchos los que entienden, apoyan y lo practican el que una pareja mantenga relaciones, tenga hijos y no contraigan matrimonio. Los tiempos han cambiado. ¿Considera Teresa Rodríguez que Colón era un adelantado en las relaciones de pareja, al analizarlo con mentalidad de hoy?
No creo que deba desaparecer de la punta del Sebo en Huelva el monumento a Colón —no es de mis preferidas— que durante mucho tiempo se consideró dedicado a la Fe descubridora. No debe desaparecer. Tampoco habría que suprimirlo de la que aparece, en Granada, ante los Reyes Católicos en la plaza de dicho nombre.
El consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía preguntado por su parecer sobre la retirada de la estatua de Colón propuesta por los podemitas barceloneses, soltó un exabrupto, políticamente incorrecto, pero atinado. Vale para los planteamientos en Andalucía sobre la misma cuestión
(Publicada en ABC Córdoba el 20 de junio de 2020 en esta dirección)
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