No se puede insultar y despreciar más en menos palabras. Para Pujol los andaluces no somos personas -le faltó ponerlo por escrito pero es fácilmente deducible-, dado nuestro estado de ignorancia y nuestra miseria cultural y espiritual, además de la mental. Públicamente, porque le era necesario, halagaba a los andaluces que emigraron en masa a la Cataluña beneficiada por la dictadura franquista. Beneficiada con la construcción de las primeras autopistas y con la masiva instalación, en lo que se denominó el cinturón industrial de Barcelona, de las grandes empresas multinacionales que aterrizaban en España, después del prolongado aislamiento que siguió al término de la Segunda Guerra Mundial. En sus mítines, en un ejercicio de hipocresía palmaria, los adulaba. Sus votos, supongo que a su pesar, eran tan válidos como los de los indígenas del territorio.

Hoy cuando él y su numerosa prole -los Pujol Ferrusola-, pretenden envolverse en la bandera de Cataluña, para intentar camuflar en la denominada agresión y robo a Cataluña los delitos que han perpetrado a lo largo de años, según los indicios que maneja la justicia, no están sino haciendo, una vez más, lo que ha sido práctica común en ellos. Docenas de millones de dinero oculto en paraísos fiscales, bolsas llenas de billetes que, según una testigo, se llevaban frecuentemente a Andorra, indicios de trapicheos para hacerse con el negocio de las instalaciones de la Inspección Técnica de Vehículos, cobro de comisiones multimillonarias para, ejerciendo su influencia, ayudar empresas que deseaban marcharse de Cataluña -ahí es nada- y muchas otras «actuaciones».

Me pregunto que cuánto dinero de esos andaluces hambrientos, miserables mental y espiritualmente tarados que emigraron a Cataluña y allí pagan sus impuestos ha ido a parar a bolsas, a paraísos fiscales o a comisiones millonarias. Los Puyol tienen muchas cosas que aclarar, además de pedir perdón por insultar a unas gentes que, con su esfuerzo, colaboraron de forma importante a que el Producto Interior Bruto de Cataluña esté por encima de la media de España. También hoy me pregunto: ¿quién roba a quien?

(Publicada en ABC Córdoba el 13 de abril de 2013 en esta dirección)

 

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