El último proyecto del Plan Turístico de Grandes Ciudades se firmó allá por el mes de julio de 2014, cuando todavía existía Izquierda Unida como marca política independiente y regía los destinos de la Consejería de Turismo. En aquella fecha la ciudad estaba gobernada por el Partido Popular y la corporación que presidía José Antonio Nieto entraba en la recta final. Los populares no agilizaron la puesta en marcha del proceso -hay que decir que no disponían de mucho tiempo- y el hoy teniente de alcalde, Pedro García, utilizó los retrasos como afilado dardo para criticar lo que consideraba una pésima gestión del anterior gobierno municipal, al tiempo que alababa las bondades de una consejería que, regida entonces por sus correligionarios, aportaban una especie de maná a la ciudad. A la velocidad que se desarrollan losacontecimientos en nuestro tiempo a alguien puede parecerle que aquello sucedía en la Prehistoria.
El objetivo de este proyecto era restaurar la conocida como Torre de la Inquisición, cuya sede se encontraba enel Alcázar de los Reyes Cristianos. El tribunal del Santo Oficio fue asaltado por los cordobeses a principios del siglo XVI, cuando ejercía el cargo de inquisidor unpersonaje de funesta memoria, llamado Diego Rodríguez de Lucero, que tuvo que abandonar la ciudad a toda prisa,montado en una mula, camino de Sevilla, para salvar elpellejo.
Bajo el gobierno de coalición PSOE Izquierda Unida que, con el apoyo externo de los podemitas, gobierna Córdoba, desde el 2015, el Plan Turístico de Grandes Ciudades, que estos años ha estado bajo la batuta del edil García, el de los afilados dardos contra la mala gestión de la derecha, se ha convertido en un verdadero problema para la corporación municipal. A trancas y barrancas logró sacar adelante, con numerosos retrasos, las obras de reforma del Templo Romano. El proyecto estrella de este plan, la restauración de Convento de Regina Coeli para convertirlo en un contenedor cultural, se encuentra varado, tras numerosos avatares, consecuencia de una pésima gestión. A estas alturas del mandato municipal estáparalizado y sumido en una situación administrativa caótica que hace inviable que las obras puedan ejecutarse antes de que finalice la última de las prórrogas concedidas por la Junta de Andalucía.
El proyecto de la Torre de la Inquisición ha sido licitado por 185.553 euros y la empresa que se haga cargo de la obra dispondrá de un plazo dos meses y medio para ejecutarlas -parece poco tiempo, dadas las condiciones en que se encuentra el inmueble- y su destino no parece ser que el gobierno municipal lo tenga muy claro. En el Plan se señalaba la posibilidad de situar un museo sobre el tribunal inquisitorial que allí asentó, en otro tiempo, sus reales. No parece mala idea, teniendo en cuenta el destino que la torre tuvo en otro tiempo y suponemos que, con los planteamientos sostenidos por el edil García, no le parecerá mal, dado que se trata de dar aire a un episodio negro de la Iglesia. En el caso de que en el Convento deRegina Coeli se instalara un museo de las cofradías de laciudad, posibilidad que se había barajado antes de que llegara al poder, no le pareció adecuado destinarlo a esa finalidad. En este caso se trataba de dar realce a un aspecto importante de la religiosidad cordobesa y tuvo la idea del…contenedor
(Publicada en ABC Córdoba el 19 de diciembre de 2018 en esta dirección)