El sondeo de Data Estudios, que no tienen una muestra pequeña, según la ficha técnica publicada por ABC sobre la intención de voto de los cordobeses en las próximas elecciones municipales, refleja en parte, solo en parte, a lo que apuntan los sondeos de intención de voto en el conjunto de España. Decimos sólo en parte porque la resistencia de Izquierda Unida en Córdoba, a la que se concede un trece por ciento de posibles votos indica una resistencia del comunismo que contrasta con su práctica desaparición en el resto de España, subsumida en Podemos por obra y gracia de un malagueño llamado Garzón, a quien nunca he visto las cualidades que le otorga una parte importante de la opinión pública, o al menos de lo que hace tiempo vino en llamarse la opinión publicada.
El mensaje más claro que nos ofrece ese sondeo es que, si las elecciones fueran ahora -un sondeo es una foto fija que puede sufrir importantes modificaciones con el transcurso de los meses- serían necesarios pactos para articular un gobierno municipal estable. También, que esos pactos podrán ser de un signo político muy diferente. Existe la posibilidad de que el PP recuperase la alcaldía, si cuenta con el apoyo de Ciudadanos, cuya subida se anuncia espectacular. La formación naranja estaría, según el sondeo, por encima del doble de su representación municipal actual -es la novedad más importe de la encuesta-, frente a una mayor estabilidad de las demás fuerzas políticas, más allá de la lógica desaparición de UCOR. Los demás partidos se mueven poco, respecto a los resultados obtenidos en 2015. El PP puede perder uno o dos concejales. Hay que suponer que irían a la talega electoral de Ciudadanos. El PSOE repetiría resultado o quizá ganaría un concejal, el que perdería Ganemos. Por su parte Izquierda Unida se quedaría con los mismos ediles que tiene en la actual corporación. También es posible una coalición electoral como la que está actualmente al frente del Ayuntamiento. No sabemos si con la entrada en el gobierno de los podemitas o estos permanecerían dando apoyos puntuales a un bipartito social-comunista, como hacen en la actualidad. El equilibrio entre esas dos posibilidades de coalición postelectoral se mueve en el escaso margen del baile de escaños que el sondeo presenta entre las dos formaciones que siguen presentándose como las opciones mayoritarias: los populares, que serían, una vez más, la lista más votada, y los socialistas. La alcaldía y el gobierno municipal de Córdoba podrían decidirse por un puñado de votos.
Hay un factor que no aparece recogido en el sondeo y que podría tener una notable importancia. Nos referimos a que Izquierda Unida y Ganemos concurrieran a las elecciones municipales conjuntamente. Con la ley d’Hondt en la mano eso sería algo que les beneficiaría. Pero también es posible que una parte del electorado tradicional de Izquierda Unida no lo viera con buenos ojos. Por último, hay un dato en el que se suele reparar poco porque lo que se busca en este tipo de sondeos es la intención de voto. Nos referimos al número de indecisos, de electores que no tienen claro que votarían en mayo. Son casi la mitad. Según el sondeo, un cuarenta y cinco por ciento. Con ese dato la pelota está muy, muy en el tejado. Un último apunte que nos parece relevante, lamentable y preocupante: ninguno de los políticos aprueba.
(Publicada en ABC Córdoba el 13 de octubre de 2018 en esta dirección)