Que la delegada de Educación presente la campaña de «excolarización» es indicativo de por dónde discurre el sistema.
Afirmaban los viejos cajistas de imprenta, aquellos trabajadores -hoy un recuerdo del pasado cargado de romanticismo-, cuya misión era componer textos para darlos a la estampa, que los “duendes de imprenta” existían. Esos “duendes” formaban parte de una tradición muy hispana: buscar un culpable ajeno para no asumir errores propios y se les echaba la culpa cuando se escapaba una errata. A veces, eran tan traviesos que la errata no era algo excepcional, sino que aparecía con tal frecuencia que editores o autores se veían obligados a publicar una relación de ellas. Era por lo común un página, encartada o suelta, donde aparecían corregidos los gazapos que ofrecía el texto. A eso se le conoce con el nombre de “fe de erratas” que, como todos sabemos -quizá haya más excepciones de las que podemos pensar como consecuencia de los estragos causados por la Logse-, no se trata de una profesión de las creencias de ciertos roedores.
La historia de las erratas ha dado lugar a hilarantes historias porque una letra suprimida, o añadida, una coma no colocada o descolocada podían dar lugar a un párrafo con un sentido diferente al que era voluntad de su autor. Se han publicado antologías de erratas donde aparecen cosas curiosísimas.
La “excolarización” de la delegada de Educación de la Junta de Andalucía en Córdoba merece honores antológicos, tanto por la errata en sí, como por el contexto en el que se produjo. Ocurrió, nada más y nada menos, que en la presentación de la campaña de escolarización para el próximo curso académico en Córdoba y su provincia.
Sepa la señora delegada que la partícula ex puede tener varios significados y todos ellos son onerosos para ella. Cuando la escribimos aislada y tiene valor de adjetivo que acompaña a un sustantivo, significa que algo ha dejado de serlo. Por ejemplo, cuando una delegada de Educación deja de serlo se convierte en ex delegada. Cuando “ex” va unida a otra palabra, lo que puede hacerse mediante el uso de guion o sin él, tiene función de prefijo y el sentido varia de unos casos a otros. Por ejemplo, puede significar “fuera de” o “más allá de”. En este caso, “excolarización”, habría que entenderlo como lo que queda fuera de la escolarización y vendría a significar justo lo contrario de lo que la delegada de Educación se proponía explicar. Puede también entenderse como privación; así cuando decimos que alguien está exánime nos referimos a que está desmayado, sin señal de vida. “Excolarización” sería entonces la privación de la escolarización; en este caso, privación de escolarización para el próximo curso académico. Dado el contexto en el que se produjo y la persona que presentaba la campaña de “excolarización”, hacen que la errata cobre un tinte muy especial y, en consecuencia, merezca los honores de entrar por la puerta grande en la mencionada antología.
Lo grave del caso, más allá, de contextos y variación de significados, está en que con demasiada frecuencia asistimos a situaciones que señalan los estragos “logsianos”. Sus hijos académicos están, desde hace algún tiempo, ocupando lugares de mucha responsabilidad. Que la delegada de Educación de Córdoba presente la campaña de “excolarización” es una muestra significativa de por dónde discurre en nuestro sistema educativo el valor de la ortografía a la que se le ha quitado la importancia que realmente tiene. La delegada de Educación de Córdoba ha ofrecido una buena muestra de ello.
(Publicada en ABC Córdoba el 9 de marzo de 2016 en esta dirección)