Ambrosio, con sus declaraciones, ha reconocido que cuando llegó a la Alcaldía no tenía un plan de gobierno para Córdoba.

La alcaldesa de Córdoba señalaba días atrás que ya tiene una hoja de ruta por la que transitará la ciudad. Esto tiene su intríngulis porque la declaración de Ambrosio se produce más de cinco meses después de celebradas las elecciones municipales que, mediante un acuerdo con Izquierda Unida y la marca de Podemos en Córdoba, le permitió hacerse con la alcaldía de la ciudad, pese a que los socialistas quedaban muy por debajo de los resultados obtenidos por un PP que recibía un fuerte varapalo electoral. Tiene intríngulis porque las declaraciones de la alcaldesa vienen a ser una especie de confesión solapada de que cuando llegó a la alcaldía no tenía un plan de gobierno para Córdoba. Lanzar a estas alturas una hoja de ruta es un reconocimiento de la falta de planteamientos que hasta el momento ha presidido la acción del gobierno municipal, que en todo este tiempo ha estado presidido por gestos hacia la galería y a una determinada parroquia. Retirada del crucifijo, intento de hacer lo mismo con el cuadro de San Rafael, rechazar los proyectos que el anterior gobierno municipal dejaba planteados como era el caso del Metrotrén, el destino del Pósito en la Corredera o la rehabilitación de una zona tan degradada como es hoy Ciudad Jardín. El gran argumento, más allá de que el Metrotrén supondría una mejora extraordinaria de la conexión entre la zona este y oeste de la ciudad, incluidos sus anexos, es que el proyecto -prácticamente pendiente sólo de firma con ADIF que ya había tomado algunas iniciativas para ser puesto en marcha- se había hecho «de espaldas a la ciudadanía». Otro argumento por el estilo es el utilizado para rechazar la rehabilitación del Pósito -más allá de que un mercado gourmet es considerado un proyecto elitista- y la participación de los ciudadanos también se esgrime para dejar Ciudad Jardín, al menos por el momento, en el lamentable estado a que ha llegado.

Según Ambrosio, ese nuevo proyecto de ciudad está plasmado en los informes de los grupos de trabajo municipal correspondientes al plan de emprendimiento y desarrollo económico. Mucho nombre, pero échense a temblar cuando la palabra «proyecto», «informe», «grupo de trabajo», «plan de emprendimiento» y otras por el estilo se convierten en las referencias fundamentales de los objetivos que se quieren alcanzar. Si a ello se le añade que «no se ha llegado a ningún consenso en el modelo a seguir», según reza en el párrafo dos del informe, la situación tiene algo de esperpento. A ello se suma que el Palacio de Congresos no acaba de materializarse, las obras de la calle Torrijos presentan más dificultades que realizaciones y que se apuesta por una nueva pista para un aeropuerto en el que ni aterrizan ni despegan aviones. Eso sí, se le pide a los hoteleros que rebajen los precios de sus servicios durante los fines de semana -ciertamente muy caros comparados con las ofertas hoteleras de otras zonas turísticas- para atraer visitantes. También en ese proyecto se plantea el rechazo a la autopista a Toledo por el valle de La Alcudia, como si se tratara de una competencia municipal.

Habría que preguntarle a la alcaldesa. ¿Hoja de ruta a estas alturas? ¿Cinco meses después de asumir el gobierno de la ciudad? ¿Con contenidos y planteamientos como esos? Veremos adonde llegamos, aunque sería lamentable que, como suele ser habitual, nos quedemos en comisiones, documentos, consultas y proyectos… con maquetas incluidas.

(Publicada en ABC Córdoba el 4 de noviembre de 2015 en esta dirección)

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