Las últimas cifras publicadas sobre el número de visitantes a los monumentos cordobeses cantan y no, precisamente, de forma melodiosa para el gobierno municipal, empeñado en no dejar títere con cabeza, sobre todo si el títere huele a algo relacionado con el gobierno anterior. Una de las actuaciones del cogobierno bipartito que preside Isabel Ambrosio en estas primeras semanas de gestión fue no renovar el convenio con la empresa privada que gestionaba las visitas y el espectáculo multimedia que se ofrecía en el Alcázar de los Reyes Cristianos alegando que se había prorrogado irregularmente. Nada que objetar. La decisión del cogobierno fue pasar a gestión municipal las visitas y el espectáculo multimedia ofrecido en el recinto, sin buscar otra solución que resultase más acorde con las necesidades exigidas por esas actividades, ya que el ayuntamiento no contaba con técnicos para ofrecer el espectáculo multimedia y el convenio con sus trabajadores iba a crear problemas de horario.
Las consecuencias de esa decisión no se han hecho esperar. Acaban de hacerse públicas las cifras de los visitantes a los monumentos cordobesas referentes al pasado mes de agosto. Los dos monumentos más visitados han sido la Mezquita Catedral y el Alcázar de los Reyes Cristianos. Los visitantes a la primera fueron 142.603 frente a los 134.154 que lo hicieron en el mismo mes del año anterior, lo que supone un crecimiento del 6´3 por ciento, pese a que el pasado mes de agosto, tórrido donde los haya, no invitaba precisamente a hacer visitas. Ese incremento, como el que arroja la cifra de visitantes para los primeros ocho meses del año, está en línea con el incremento de turismo en nuestro país. Por el contrario, lo que nos dice el número de visitantes al Alcázar de los Reyes Cristianos, en ese mes de agosto, que es el primero en que la vistas corren a cargo de la gestión municipal, señala un fiasco. Las cifras de visitantes son lo que los castizos llaman “ un cante”. Ha perdido cerca de 8.000 visitantes respecto al mismo mes del año anterior, lo que supone la friolera de casi el 20 por ciento. Se ha pasado de 44.487 a 36.204 visitas. Aún peores son los resultados que arrojan las cifras de asistentes al espectáculo multimedia nocturno. Se han reducido hasta quedar en poco más de un tercio, han pasado de ser cerca de 17.000 en agosto de 2014 a menos de 6.000 en agosto de este año. Si a ello añadimos que el propio concejal del ramo ha señalado en el pleno que, con la nueva gestión municipal, el costo de dicho espectáculo multimedia pasará a costar 76.320 euros anuales y le sumamos que las arcas municipales dejarán de recibir los 53.000 del canon que la empresa privada abonaba al ayuntamiento por la concesión, tenemos completo el panorama.
Habrá quien venga a decir que el horario de visitas se ha reducido y, por lo tanto las posibilidades de acceso del público al recinto también, pero la pregunta inmediata ¿por qué se ha reducido ese horario? y ¿por qué no se ha mantenido el mismo que había y daba mejores resultados? No se pueden mantener irregularidades, pero antes de lanzarse a la piscina hay que comprobar que está llena, de lo contrario el batacazo es monumental. Tanto que la propia alcaldesa reconoce que la situación creada no puede mantenerse. ¡A buenas horas!
(Publicada en ABC Córdoba el 19 de septiembre de 2015 en esta dirección)