Hay amistades peligrosas que en principio no lo parecen, pero que lo son con el paso del tiempo. En 1782, Pierre Choderlos de Laclos, un aristócrata francés, escribió una novela que se conoce con el título de “Las amistades peligrosas”, aunque el original era mucho más largo, algo muy del gusto de la literatura dieciochesca. En ella, Chordelos de Laclos satirizaba la hipocresía en las relaciones sociales de la aristocracia de su tiempo. Señalaba también lo peligroso que, pasado un tiempo, podían resultar ciertas amistades del pasado y la conveniencia de alejarse de ellas. Con el ambiente que se respiraba en la Francia prerrevolucionaria, la novela se convirtió en un éxito. Dos siglos después, en 1988, el cineasta británico Stephen Frear la llevó a la pantalla.
En nuestro tiempo estamos asistiendo a un intento de ocultar ciertas amistades que en el pasado fueron cultivadas por los principales líderes de Podemos. Me refiero a sus amistosas relaciones con el régimen bolivariano del que Monedero fue uno de sus consejeros e incluso fue contratado para realizar determinados trabajos de asesoramiento. Hoy el régimen bolivariano personalizado en Maduro hace aguas por todas partes y a diario protagoniza actuaciones que levantan repulsa. Pretende incluso por vías tortuosas amordazar a la prensa de otros países -la de Venezuela lo está desde hace tiempo- porque desvela asuntos que no convienen a los dirigentes de ese régimen. Amenaza a empresas extranjeras, incluso con advertencias de expropiación como método, para conseguir sus propósitos. Detiene a importantes dirigentes de la oposición, acusándoles de provocar desórdenes callejeros o de tramar conspiraciones antidemocráticas y los encarcela. La inseguridad en el país es de las más altas del mundo. Los asesinatos se cuentan por decenas de miles al año y las “balaseras” forman parte del paisaje cotidiano caraqueño y de otras ciudades del país. Los supermercados aparecen desabastecidos y para hacerse con artículos de primera necesidad los venezolanos ha de hacer largas colas… Maduro se inspira en un pajarito donde dice ver el espíritu de su mentor, Hugo Chávez. Todo un panorama. No es de extrañar que el asesor Monedero y otros dirigentes de Podemos traten de sacudirse las amistades bolivarianas. Hoy suponen un serio peligro para sus aspiraciones políticas.
Es posible que otro tanto le ocurra al máximo dirigente de Podemos, Pablo Iglesias. Acudió en apoyo de Tsipras y Syriza, un modelo para su proyecto. Sin embargo las promesas con que la coalición de la izquierda radical griega ha ganado las elecciones se deshacen como un azucarillo en el agua. Hay Troika, hay rescate, hay compromiso de pagar la deuda, hay control del gasto por parte de Europa. No hay ley antidesahucios y no hay subida del salario mínimo interprofesional. Tsipras vendió lo que no podían ofrecer porque no estaba en sus manos y ello le lleva a fabricar enemigos externos. Puede que para Iglesias -también promete lo que no puede dar- la amistad con Tsipras y Syriza se convierta en un lastre. El incumplimiento del programa electoral y el entreguismo de Tsipras y Varufakis a la Troika, aunque lo camuflen lingüísticamente, es una realidad palpable. Iglesias y Podemos han de afrontar una campaña electoral donde ciertas amistades… pueden resultar peligrosas.
Sólo tendremos que esperar unos meses.