Una prueba evidente de que no ha sido la crisis,la tenemos en Cataluña donde la coalición Convergencia y Unió ha obtenido unos espléndidos resultados, pese la política de recortes —brutales en algunos casos— que el gobierno presidido por Artur Mas ha tenido que aplicar. En vísperas de la jornada electoral las manifestaciones de protesta contra esos recortes llenaban las calles de Barcelona y de otras ciudades catalanas. Sin embargo, los resultados les han llevado a pasar de once a dieciséis diputados. Ni la crisis ni los duros ajustes les han pasado factura. El castigo también lo han recibido allí los socialistas, como consecuencia de los desmanes cometidos por el llamado tripartito que presidió José Montilla.
En el conjunto de España los electores han castigado la larga serie de hueras iniciativas gubernamentales como la modificación por tres meses de la velocidad en las autovías, el regalo de una bombilla, el perderse en los vericuetos de la llamada ley de Memoria Histórica que más allá de buscar sepultura digna a los cadáveres que no la tenían, ha avivado tensiones y recelos y vivido episodios como el que ahora plantea el traslado de los restos de Franco de su actual enterramiento en el Valle de los Caídos o el que llevó al juez Baltasar Garzón a pedir la partida de defunción del dictador. Han castigado un invento como el de los cuatrocientos euros, consecuencia de una ocurrencia presidencial en pleno debate del estado de la nación o el llamado cheque bebé: una iniciativa que, dada su promulgación legislativa, sirvió para que miles de rumanas, por ejemplo, se desplazasen a España con el propósito de dar a luz y cobrarlo además de recibir la correspondiente asistencia clínica. El desastre electoral socialista —ha perdido respecto a las anteriores elecciones cuatro millones y medio de votos— ha sido la consecuencia lógica del desgobierno de un gobierno que ha desgobernado.
Mientras el PSOE tenga como principal objetivo del congreso de febrero la búsqueda de una cara —nueva o vieja— o culpar a factores externos del barquinazo electoral sufrido seguirá en medio del naufragio.
(Publica en el ABC de Córdoba el 17 de Diciembre de 2011 en esta dirección)