Más allá del agravio comparativo que supone la diferencia de actitud en uno y otro caso, los resquemores crecen cuando nos encontramos con ciertos detalles (es una forma de denominarlos). Por ejemplo, con el hecho de que la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía encargue la organización del torneo a una empresa catalana. ¿Imaginan algo a la inversa? A uno se le pasan por las mientes pensar si en Andalucía -a cuyas gentes los políticos catalanes no tienen empacho alguno en denostar de forma continuada- no hay empresas con capacidad para organizar el evento en cuestión. El resquemor aumenta y lo hace de forma considerable al tener conocimiento de que el delegado para Andalucía de la susodicha empresa catalana resulta ser un destacado militante del PSOE, miembro de su comité director. Se trata de José Pastor quien ha venido desempeñado durante años diversos cargos de responsabilidad pública tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación cordobesa. Los resquemores se vuelven aún más penosos al saberse que a la misma empresa catalana —su nombre es Octagon Esedos— se le encomendó la pasada primavera la organización de Tennis Experience de Marbella. El mismo fue subvencionado con casi dos millones de euros y su relevancia era tal que, ante la falta de público, hubo que llenar las gradas con alumnos de las escuelas de la zona. Señalemos que hay otros eventos deportivos de repercusión pública y económica son similares a Tennis Experience Marbella y cuya organización ha sido encomendada a la mencionada empresa.
Ante un panorama como el que se dibuja, los resquemores son algo más que un penoso sentimiento. Alguien debería dar explicaciones ante tantas interrogantes como surgen.
(Columna aparecida en ABC Córdoba el 26 de Octubre de 2011 en esta dirección)