La Autovía del Olivar articularía el sur de la provincia de Jaén —Úbeda, Baeza, Mancha Real, Martos, Alcaudete—, vertebraría el de la provincia de Córdoba, básicamente el eje Cabra-Lucena-Puente Genil y conectaría las poblaciones de la denominada Sierra Sur de Sevilla hasta enlazar, en Estepa, con la A-92. Daría servicio de una forma directa a más de medio millón de habitantes y, en un tiempo no superior a los veinticinco minutos, permitiría el acceso a otro número importante de municipios. Todo eso es lo que se ponderaba cuando se anunció a bombo y platillo hace más de una década. Se hablaba entonces del incremento del dinamismo económico de la zona al ahorrarse, por ejemplo, unos 70 kilómetros, en la conexión de la Subbética cordobesa con Madrid y sobre todo vertebraba el sur de tres provincias andaluzas que por su emplazamiento geográfico, alejado de la costa y mal conectadas de las grandes vías de comunicación: la A-7 que recorre el litoral, la A-4 que vertebró desde muy antiguo el eje Cádiz- Sevilla con Madrid y la ya mencionada A-92. Sin embargo, lo que iba a ser una realidad para el 2013 arrastra desde hace años graves retrasos y ante la imposibilidad de abordarla como estaba previsto se han buscado fórmulas de colaboración entre la administración pública y la empresa privada. Curiosamente esa colaboración ha visto la luz ahora, en vísperas electorales, y ha permitido sacar a licitación el tramo Lucena-Estepa con unas previsiones para la ejecución de las obras de unos cuatro años, un tiempo a todas luces exagerado para construir 39 kilómetros que discurren por zonas «fáciles», salvo el paso del Genil. Eso significa que, si se cumplieran los plazos, cosa poco probable, ese tramo entraría en funcionamiento para el 2016.
Por todas partes se acumulan los retrasos. La llamada conexión entre Jaén y Córdoba no se ha iniciado y lo que es más grave ni siquiera se han licitado las obras. Los tramos en construcción de la provincia de Jaén se encuentran en su mayor parte parados, a pesar de la llamada reprogramación anunciada tiempo atrás por la entonces consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar. En Córdoba, desde que en 2010 se inauguraran los diez kilómetros del tramo que une Cabra y Lucena —único en servicio—, no se ha movido una palada de tierra. Los años de retraso pueden alargarse forma lamentable hasta un horizonte desesperante, a tenor de lo que estamos viendo.
(Publicada en ABC Córdoba el 15 de Octubre de 2011 en esta dirección)