Susana Díaz y Carmen Castilla. El PSOE y UGT. Las promesas de transparencia y el «ya se verá» del sindicato. Toda una pugna.
TENEMOS a la vista un interesante y posible pulso entre las mujeres que a la sazón dirigen en un caso al PSOE y en otro a la UGT que sólo se materializará si lo que hasta ahora son declaraciones terminan tomando cuerpo, cosa que está por ver. A Susana Díaz, la presidenta del Junta de Andalucía y secretaria general de los socialistas andaluces se le ha llenado la boca, en más de una ocasión, señalando que la UGT devolvería hasta el último euro cobrado por el procedimiento de endosar facturas falsas a la administración andaluza. Señaló con contundencia que no le temblará el pulso a la hora de exigir, si fuera necesario en los tribunales, todo el dinero público cobrado indebidamente. Hoy no hay duda de que elevadas sumas se encuentran en esa situación y que son muchos miles de euros los que no han sido debidamente justificados o se han hecho de forma trapacera. Las facturas por las que se han hecho efectivas partidas muy sustanciosas de dinero público son ciertamente llamativas. Desde mariscadas que para veinte comensales superaron los mil euros —concretamente 1.080 sólo los langostinos a razón de treinta y seis euros por ración— que se han querido minimizar desde las filas sindicalistas, calificándolas como «unos langostinos», hasta carteras de piel «made in China» —con explotación laboral en regímenes de trabajo esclavistas incluidos— que no eran sino una falsificación de modelos españoles y con las que se obsequió a los asistentes a un congreso del sindicato, pasando por los caramelos de una cabalgata de Reyes Magos. Todo ello pagado con dinero que debería de haber tenido como destino la concertación social o programas para la inserción laboral de trabajadores. Resultado de todo ello es que la Junta de Andalucía ha reclamado ya —aparte de algunos miles de euros que el sindicato reintegró cuando el escándalo estaba en sus inicios, en un intento de taponar la avalancha que se venía encima— la suma de 1.800.000 euros a UGT, al entender que las justificaciones presentadas por el sindicato no responden a las subvenciones recibidas.
Así las cosas, una de las primeras declaraciones de la nueva secretaria general de UGT Andalucía, Carmen Castilla, cuyo aterrizaje en el sindicato se produjo de la mano de Manuel Pastrana, ex secretario general de los ugetistas andaluces que se marchó a toda prisa ante el turbión de acontecimientos, ha sido señalar que lo del millón ochocientos mil euros reclamado por la Junta no es una petición firme y que sólo tiene noticia por los medios de comunicación. Que, llegado el caso, ya se verá.
Ahí está el pulso que tenemos a la vista.
¿Llegará Susana Díaz hasta el final y obligará a la reintegración de las elevadas cantidades que se han destinado a fines que nada tenían que ver con los objetivos para los que se concedían? ¿Se empeñará Carmen Castilla en rechazar las devoluciones exigidas por la Junta? ¿Se resolverá este escándalo en los tribunales? Veremos cuál de las dos tiene más aguante y por donde se rompe la cuerda. ¿Podría ocurrir que estemos ante una puesta en escena y la hermandad de sindicato y partido lo deje todo en agua de borrajas?
Veremos.
(Publicada en ABC Córdoba el 15 de enero de 2014 en esta dirección)